Boris tiene en la cabeza una especie de pantalla y una voz distorsionada e incluso bailaba. Decía la televisión estatal rusa que sabía bailar y no lo hacía ni medio mal para ser un robot.
Las sospechas de los expertos en robótica que había en la Feria se despertaron al ver como hacía ciertos movimientos involuntarios y que parecía no tener sensores en su exterior. Después, porque una agencia de noticias fundada por un opositor a Putin ha descubierto que Boris no es un robot, sino un hombre vestido de robot. Y que la pantalla de su casco es una tablet y su que su voz suena así porque tiene un micrófono que la distorsiona.