Aunque para nosotros, los espectadores españoles, lo del Mi5 y el Mi6 se aún más confuso que su versión estadounidense, la CIA y el FBI que para muchos terminan siendo lo mismo, los televidentes británicos pudieron conocer los entresijos de su agencia de espionaje nacional gracias a Spooks. Estrenada en 2002, la serie está formada por ochenta y seis episodios de una hora de duración que narran, de forma ágil y dramática, el día a día de la agencia a través de las vidas de sus agentes. Amenazas terroristas, crisis del sistema de seguridad, falsas identidades, espías que trabajan en el extranjero y son encarcelados, o regresan victoriosos de sus misiones son algunos de los argumentos que podemos encontrar en la producción creada por David Wolstencroft y que emitió la BBC.
Entre la amenazas terroristas, y especialmente desde los atentados del 7J en 2005, la ficción también se ocupa de la importancia que en los últimos años ha ganado la amenaza que supone el avance del islamismo radical. El episodio que comentamos el pasado viernes en la sección de La Brújula, “En Serie Te Lo Digo”, con Carlos Alsina, es un buen ejemplo de la situación a la que se enfrenta la agencia en la actualidad: el número de posibles sospechosos, la normalidad de sus vidas, la falta de un enemigo verdaderamente reconocible… Como siempre comentamos en la sección, la ficción y la realidad, aunque se parezcan no son lo mismo, y para el Gobierno británico queda ahora trabajar con más ahínco en una delicada y complicada tarea en la que los extremismos y los odios raciales tendrán más importancia de la deseada.