PIROTECNIA CON PRECAUCIÓN

Huele a fiesta no solo en la calle, también en las redes sociales, de repente las imágenes se visten de fiesta.

ondacero.es

CASTELLÓN | 13.03.2014 13:32

La cuenta atrás ha empezado hoy casi con la maleta hecha y con los aderezos bien brillantes y preparados para describir mañana las fallas de Burriana desde el Museu del Ninot y allí estaremos con todos los protagonistas de la fiesta, responsables de la organización de las fallas de Burriana, a artistas falleros, a críticos de fallas y a pirotécnicos de la zona, como es el caso de Reyes Martí quien, les recuerdo, tiene tradición pirotécnica en Burriana y es la encargada de disparar en Valencia la mascletà del día de la Dòna. Las fiestas van unidas a la pirotecnia y eso conlleva muchos peligros sobretodo cuando uno no es consciente de que la fiesta puede convertirse en tragedia si se hace un uso indebido de estos elementos.

Hoy la Federación Coordinadora de Asociaciones Vecinales de Castellón, COASVECA, ha presentado en Castellón una iniciativa pionera para concienciar a la ciudadanía de que la pirotecnia es divertida pero también peligrosa. La federación ha editado un decálogo que se ha repartido ya en colegios e institutos, también en gaiatas y culturales, y que también encontraremos dentro del llibret de festes que comienza a repartirse en las plaza Mayor de Castellón a partir del próximo martes. El decálogo pone de manifiesto que hay que comprar la pirotecnia en lugares autorizados, hay que leer muy bien las instrucciones y nunca hay que encender los elementos en la mano, sino en una superficie despejada del paso de los viandantes y animales. El documento pone especial énfasis en los peligros que supone encender cohetes y petardos dentro de recibientes de plástico, metal o cristal y especialmente dentro de una papelera.

La pirotecnia es parte de nuestras señas de identidad, y es una tradición que pasa de padres a hijos, pero precisamente de padres a hijos lo que también tiene que trasmitirse es la precaución y la sensación de peligro, extremo que muchos padres han olvidado.