Nació en Lagny-sur-Marne, un suburbio parisimo donde la familia Pogba se estableció a su llegada desde Guinea. Su padre le enseñó a jugar, igual que hizo con sus dos hermanos mayores –Florentin juega en el Sedan y Mathias en el Wrexham. La familia siempre supo que el chaval apuntaba maneras. Con 13 años fichó por el Le Have, al norte del país. Allí se hizo un nombre como perla del fútbol, y llamó la atención del Manchester United. Dicen que Ferguson puso ante sus padres ‘todas las facilidades’ para mudarse a la Gran Bretaña.
Le Have no se quedó quieto y denunció el caso ante la FIFA, que este mismo año dio el visto bueno al ‘no-traspaso’ de Pogba. Pero lejos de apaciguarse, la carrera de Paul ha dado un giro más con la entrada en escena de un nuevo elemento de desestabilización, su nuevo agente, Mino Raiola.
El excéntrico representante lo quiere colocar en la Juventus italiana, con quien parece haber limado sus cuitas surgidas tras la marcha de Zlatan Ibrahimovic, la joya de su corona. Pogba termina contrato y en Italia aseguran que no quiere renovar, porque –oh, sorpresa- su agente cree que no se le ha respetado como gran promesa del fútbol europeo.Lo cierto es que el chico prodigio de Raiola no ha debutado hasta hace un mes y medio, y justo en el momento en el que su agente comenzó a lanzar sus órdagos con pólvora juventina. Ferguson lo quiere, o eso dice, y lo proclama ya como jugador “de primer nivel”, a pesar de haber jugado tres ratitos –en tres partidos- en Premier. Pero su destino se hace esperar, y en Manchester ya temen que haya dado el sí definitivo a la vecchia signora; un millón de euros de contrato –y casi dos de comisión para Raiola- tendrían la culpa.
Pogba ha cumplido 19 años, pero el fútbol ya lo ha convertido en un bonito y caro juguete del que todos quieren disfrutar. Pero no en el campo; no… para eso, de momento, tenemos que esperar.
Paul Pogba, la moneda negra de Raiola
Paul sólo tiene 19 –y ocho días-, pero ya suma más titulares de prensa que minutos en la élite. Es francés, de origen guineano, centrocampista ‘box to box’, de esos que convencen tanto a los ‘bilardos’ como a los ‘menottis’ del fútbol europeo. Es diestro, con manejo de los dos perfiles, y ágil, tanto que sus precoces 189 centímetros de altura nunca han sido un obstáculo para amoldar su cuerpo a cada cambio de juego, a cada cambio de ritmo, dos técnicas que ya son marca de la casa. Y además de esto, dicen, tiene gol.
