Boss, la última en suspenderse tras su segunda temporada

Dos Sin Tres

La noticia seriéfila de la semana vuelve a ser, como es frecuente en esta época, una suspensión que ha dejado huérfanos a los fieles, aunque escasos, seguidores de Boss. La serie de Starz protagonizada por Kelsey Grammer no volverá en 2013, a pesar de las buenas críticas y del Globo de Oro que el actor se llevó en la ultima edición de los premios gracias a su papel de alcalde de Chicago, Tom Kane. Sin embargo la productora estudia la posibilidad de concluir la producción con una película de dos horas con la que se cierren todas las tramas.

ondacero.es

Madrid | 22.11.2012 14:17

Boss
Kelsey Grammer en el papel de Tom Kane. | Starz

La suspensión de la serie en la segunda temporada no es una novedad en la cadena, y aunque Spartacus sobrevivió a la maldición, Crash no pudo hacerlo y Magic City conocerá su suerte en unos meses. La segunda entrega de una serie no es un momento fácil para los creadores, ya que hay expectativas que cumplir y cotas que alcanzar impuestas por su propio trabajo y por las cadenas. Los capítulos son examinados con lupa y en ocasiones también existen factores externos que no contribuyen a mantener el nivel de la serie. Y aunque sobrevivan y consigan una tercera temporada, a excepción de Homeland que esta temporada se está encargando de ser la excepción que confirma la regla, pocas segundas temporadas se encuentran entre las mejores.

Sin embargo, sí hay buenas series que tras la segunda temporada, o durante el rodaje de la misma, y por causas que van más allá de niveles de audiencias y anunciantes, terminan sin que haya una explicación convincente. Y si no que se lo digan a HBO, que a comienzos de este año continuó con su larga lista de “suspendidas en la segunda” con la poco afortunada Luck, a la que la muerte de varios caballos, y la poca convicción de la cadena pusieron fin. Las alabadas Rome y Cárnivale también se despidieron de los espectadores abruptamente, la primera ante la imposibilidad de la BBC, coproductora, de afrontar los altos costes de la serie y la segunda, ante la incapacidad de la propia HBO de hacerlo. Ambas destacaron por su calidad, si bien la primera contaba con el apoyo de la crítica y el mercado internacional, mientras que la segunda se convirtió en una producción para espectadores fieles de un género poco habitual en la televisión.

Cadenas y plataformas flotador

En julio, otra de las épocas “drama” del año seriéfilo la no renovada fue, precisamente, una de las series más comentadas de la temporada anterior, The Killing. La adaptación de la AMC de la serie danesa, no cumplió las expectativas de la propia cadena en su segunda temporada, y el final de la trama principal le dio la cadena la excusa perfecta para no renovar la ficción. Sin embargo hace unos días, AMC anunció que ultima un acuerdo junto a la plataforma Netflix, para realizar una tercera entrega, que se emitiría primero en televisión.

Esta recuperación de una serie, que ya se encontraba en las listas de producciones canceladas, no es algo novedoso, y en 2008 DirecTv y la NBC firmaron un acuerdo para renovar por una tercera temporada Friday Night Lights, que no alcanzó los ratings deseados por la segunda. Ahora, para completar la rumorología habitual que rodea a una serie cuando finaliza, se comenta que los chicos de Dillon podrían regresar en forma de película de televisión, un remedio absurdo que en escasas ocasiones sirve para mejorar el producto final. Para bien o para mal, por mucho que nos guste una serie, siempre se acaba, y hay que saber aceptarlo. Como la vida misma.