BROTES VERDES, NO ARBUSTOS

En esta vida hay que morir varias veces para después renacer, y las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra. La máxima es de Eugenio Trías.

ondacero.es

Castellón | 03.12.2013 15:16

Castellón es la tercera provincia de España donde más ha bajado el paro con casi 2.800 parados menos durante el mes de noviembre y en relación al mes de octubre, eso se traduce en una cifra de 60.774 parados al cierre de noviembre de 2013. Las cifras son pequeños síntomas de mejora, aunque no la recuperación, porque son como acuñó zapatero, “brotes verdes” de un arbusto al que le faltan todavía muchas primaveras, no obstante toda mejoría es bien acogida, sin embargo no podemos dejar de ver la otra cara de la moneda, de tantas familias que afrontarán la navidad de nuevo, con muchas dificultades.

La organización Cáritas Diocesana de Segorbe Castellón, acaba de hacer un llamamiento a la sociedad para que las personas ayuden a las familias más necesitadas con, aunque sea, una pequeña cantidad. En nuestra provincia ha aumentado del año pasado a este el número de demandantes de servicios de Cáritas en la provincia de Castellón, con más de 11.000 demandas. Las familias se acercan a las ONGs para pedir ayuda no solo para la compra de alimentos, también para completar el pago del alquiler, intentar buscar algún tipo de ingreso en el mercado laboral o simplemente solicitar ayuda para no incurrir en impago de la hipoteca y quedarse sin techo. El perfil de las familias necesitadas ha cambiado sustancialmente en los últimos dos años. Cáritas ya no atiende masivamente a inmigrantes, sino a familias especialmente monoparentales de mujeres con hijos, a matrimonios mayores pensionistas con toda la familia en paro y, sobretodo, personas de nacionalidad española a las que la apisonadora de la crisis ha dejado sin recursos y sin autoestima. A veces, la ayuda económica puede parchear una circunstancia determinada, pero lo que más se necesitan son voluntarios, calor humano para tantas situaciones de pobreza en una ruleta en la que, por descabellado que parezca, estamos todos.