El pleno municipal de Castellón estuvo calentito con la presencia de unos 20 manifestantes con pancartas y gritos para pedir el cese de los expedientes de derribo de la Marjalería. En estos momentos hay 40 expedientes de derribo abiertos en la zona de la Marjalería. Los manifestantes fueron desalojados por la policía.
Hoy estamos muy pendientes de si la empresa canadiense Lavalin entrega el aval de 1,2 millones de euros para la adjudicación del aeropuerto de Castellón, infraestructura que ha sido fruto de comentarios de la defensora del pueblo. Soledad Becerril ha reconocido en su informa anual que a la infraestructura le ha faltado estrategia en sus planteamientos.
Y también calentito estuvo ayer en el congreso de los diputados donde se habló del franquing y de las prospecciones en el entorno del golfo de Valencia. De hecho hoy la diputada socialista en el Congreso por Castelló, Susana Ros, lamentaba que el PP votara ayer en contra a las resoluciones y enmiendas del PSOE en el Debate del Estado de la Nación, en las que el PSPV-PSOE pedía la paralización de las prospecciones petrolíferas en el mar Mediterráneo y suspender las autorizaciones concedidas además de prohibir nuevas de proyectos consistentes en la realización de perforaciones para la exploración, investigación o explotación de hidrocarburos que requieran la utilización de la técnica del fracking. Sentada en el escaño del PP, la diputada por Castellón, Andrea Fabra, asegura que los responsables de haber autorizado estas prospecciones son precisamente los socialistas, quienes concedieron las autorizaciones de prospección en 2010. Andrea Fabra denuncia que ahora es muy difícil y costosa la vuelta atrás en un estudio aprobado por los socialistas.Justo el pasado sábado las calles de Castellón fueron testigo de la manifestación convocada por los pescadores contra la realización de prospecciones en el entorno de las Islas Columbretes, una manifestación en la que veíamos políticos del PP.El caso es que los partidos mayoritarios se siguen tirando las responsabilidades en un boomerang que no beneficia a nadie. Quizá el bipartidismo no sea la mejor garantía de los intereses generales.