Se lo decía este mediodía a Cecilia en Más de uno en La Rioja. Esta mañana tenía la necesidad de buscar una sonrisa en mitad de todo este clima de lógica preocupación del coronavirus. Y se me ha ocurrido buscar esa sonrisa en las excusas que ponemos los ciudadanos ante la policía para justificar que hemos incumplido el confinamiento. Y quienes me han inspirado han sido las 7 personas que en Pradejón estaban en un descampado haciendo una barbacoa. Claro el fuego y el humo les delató. Cuando llegó la Guardia Civil estas 7 personas alegaron que estaban quemando basura y abonando el terreno, pero lo que no pudieron explicar es porque se habían llevado la parrilla.
Hay personas que lo que más echan en falta es el deporte. Una pareja como cada día salió a correr pero con bolsas de la compra pero este complemento no les sirvió para librarse de la multa.
El pretexto por excelencia es el de las mascotas y se han paseado gatos, cerdos vietnamitas, cabras y hasta un perro de peluche.
Hay quien ha buscado en el mercado de segunda mano mochilas térmicas de Glovo o Deliveroo para hacerse pasar por repartidor.
Al menos dos ciudadanos han sido denunciados por asegurar que iban al mar a dar comida a los peces.
Está el hombre que explicó a los agentes que iba a su pueblo porque la leche le salía más barata y el que alegó que andaba cazando pokemon.
Y también está el desesperado por encerrarse en otro sitio que no sea su casa. En Vigo un sujeto se acerco hasta la comisaría para decir que tenía el coronavirus pero como no presentaba ningún síntoma lo mandaron de vuelta a casa. Dos horas después estaba de nuevo frente a los agentes suplicando que le detuvieran porque estaba harto de estar en casa con su madre.
Ya ven pequeñas historias de una pandemia en el que también está permitido sonreír.