instalación de un excelso coste

Cobatillas, un lastre para el Real Murcia por el que han señalado a los pimentoneros en las últimas horas

En plena incertidumbre económica e institucional, con el objetivo deportivo casi desvanecido, algunas miradas apuntan a la gestión del que ha sido campo de entrenamiento para el conjunto grana

Victorio de Haro

Murcia | 07.04.2021 14:54

Cobatillas, un lastre para el Real Murcia por el que han señalado a los pimentoneros en las últimas horas
Cobatillas, un lastre para el Real Murcia por el que han señalado a los pimentoneros en las últimas horas | Real Murcia CF

En las últimas horas está dando de qué hablar en la actualidad del Real Murcia. Con Julio Algar ya fuera de las oficinas del Estadio Enrique Roca de Murcia y muy pocas opciones, casi ínfimas, de mantenerse en la tercera categoría del fútbol español, recientemente el tema de conversación en el entorno grana es el campo de entrenamiento donde los pimentoneros estuvieron hasta octubre de 2019 entrenando. Hablamos de Cobatillas. Una pseudo ciudad deportiva donde al Real Murcia le salía de todo menos rentable.

  • No era beneficioso porque solo entrenaba el primer equipo, punto uno.
  • No merecía la pena estar allí porque las instalaciones estaban anticuadas, punto dos.
  • Y punto tres, la calidad del recinto era cuanto menos dudable, teniendo en cuenta el costo que a un Real Murcia con un evidente problema de liquidez, le suponía.

Entre gastos de agua, luz y mantenimiento general del campo de entrenamiento le suponía al Real Murcia alrededor de 180.000€ al año a la entidad pimentonera. Con el patrimonio grana embargado por la Agencia Tributaria y puesta a subasta, nadie pujó por ese lugar, por lo que el Real Murcia continuó utilizándolo. Pero cuando el actual Consejo de Administración hizo cuentas para analizar qué era primordial y qué salía rentable en la actualidad, dicha ubicación no era principal para un Real Murcia que todos los meses invertía 15.000€ para mantener unas instalaciones que necesitaban una excelsa mano de obra.

Conscientes del arreglo evidente que Cobatillas necesitaba, el club planificó un proyecto para actualizar el que fuera principal lugar de entrenamiento para la primera plantilla grana. Añadir un terreno de juego de césped artificial, además de uno de F8 y otro de F5 eran las ideas que recaían en ese lugar a medio plazo. Pero con la incertidumbre económica y la situación del Real Murcia, esos propósitos se encuentran detenidos. En la primera campaña de Adrián Hernández con la escuadra pimentonera, se completó allí la pretemporada y el primer mes de entrenamiento, cuando aproximadamente en octubre de 2019, el equipo dejó de utilizar las instalaciones.

Podríamos acusar a los pimentoneros de dejar de utilizar Cobatillas y ver mermado el estado de los entrenamientos. Pero la fusión de los entrenamientos en la Universidad de Murcia, junto a las sesiones que se realizan de forma habitual en Pinatar Arena o Campoamor, hacen que la plantilla pueda ejercitarse de manera correcta en conjunto al Enrique Roca de Murcia. Además, el estado del césped del estadio es bueno y no está acusando su uso durante la semana.

Es curioso que se aproveche la delicada situación deportiva e institucional del Real Murcia para hacer daño también con el estado de Cobatillas. Con el director deportivo recién salido de la institución, un proyecto que puede estar en las últimas horas si no se reengancha, de forma casi heroica, ante un Cádiz B y contra el Tamaraceite en las próximas semanas, que hayan personas que utilicen esto para, además, darle un palo a "la imagen del Real Murcia", demuestra que no todo se está haciendo bien en este entorno crítico. Ahora mismo, se le pueden achacar muchas cosas al Real Murcia CF. A la dirección deportiva que se ha criticado aquí durante la temporada con la gestión de la plantilla y sus incorporaciones, a que la toma de decisiones del Consejo de Administración pudo haber sido mejor, e incluso a que las actuaciones de los jugadores pimentoneros haya sido reprobada.

Es cuanto menos dudoso que este sea el momento de abrir un nuevo frente. Uno que se centre en lo descuidada que está la imagen del club a través de un campo de entrenamiento que era una ruina para el club. Que se ataque al trabajo de los profesionales que forman al Real Murcia y que continúan levantando día a día a esta sociedad anónima deportiva, que han estado meses y meses sin cobrar sus nóminas al día en tiempos anteriores, que han tenido que aguantar las idas y venidas. A una empresa que se ha tenido que centrar en lo primordial, en lo estrictamente necesario en términos económicos, y que ha sido llevado en volandas por sus aficionados que han participado hasta en dos ampliaciones de capital. No, no es el mejor momento para cuestionar el estado de un campo de entrenamiento costoso y que lastra al Real Murcia.