El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, pronunciaba anoche su ya tradicional discurso de fin de año desde la sede la presidencia en Mérida. El presidente, comenzaba su alocución, mostrándose orgulloso de los que han sido protagonistas de todo esto: los profesionales sanitarios, que en todo momento han estado al pie del cañón. En estos momentos, muy especialmente de los de atención primaria.
Como mejor fórmula para luchar contra la despoblación, reivindicaba la industrialización de Extremadura, y aseguraba que la región se encuentra en un momento inmejorable para la consecución de este objetivo. Se refería a la Ley de Administración más ágil, la Ley de Desarrollo Urbanístico Sostenible y se va hacer ahora la Ley de Simplificación Administrativa, que facilitan enormemente las cosas. "Pero sobre todo porque de pronto el mundo ha descubierto que hay cosas que, aun no teniendo precio, tienen muchísimo valor: el territorio, el agua, el sol, la estabilidad política, la paz social"
Aplaudía el valor del diálogo social, que ha permitido la creación en los últimos años seis años de 60.000 puestos de trabajo. Solo en el último año, 20.000 nuevos.
La ardua negociación de una nueva Política Agraria Comunitaria, también centraba parte de su discurso, mostrándose satisfecho en este sentido del resultado final de la misma para los intereses de los agricultores y ganaderos extremeños, en donde el 80% percibirán más, además de conseguirse una comarca tabaquera para la Vera. Se comprometía además con el cumplimiento de la ley de la cadena alimentaria, en donde se marca que no se producirá, ni se cobrará por debajo de los costes de producción.
En otro orden de cosas, se refería al desarrollo del Plan Extremeño Integrado de Energía y Clima que nos sitúa en la vanguardia de las nuevas energías y energías renovables en el conjunto del país. En estos momentos, el 23% del desarrollo de renovables fotovoltaicas que se está produciendo en España se está produciendo en Extremadura.
Guiños a la cultura, a la inauguración del Nuevo Museo Helga de Alvear, al trabajo de los cooperantes extremeños, una defensa de la necesidad de una digitalización que es imparable y de lo capital que ha sido la revolución silenciosa que han supuesto los procesos de Igualdad, además de la lucha denodada contra la lacra de la violencia de género.
También confiaba en la buena marcha, del sector turístico, pese a la pandemia, con un futuro brillante por delante para este próximo 2022.
Por último, el presidente extremeño, pedía unidad y no dejar a nadie atrás. Proteger a los que más lo necesitan.
