Un estudio liderado por Ángel Emilio Martínez de Alba, del grupo de Microbiología enológica, edáfica y acuática de la Universidad de Extremadura (UEx), junto a investigadores de la Universidad de Salamanca, ha cuantifica la presencia del RNA del SARS-CoV-2 en las aguas residuales de Salamanca y algunas localidades próximas
Esta aproximación permite detectar la presencia del virus a nivel general, incluyendo los enfermos leves o asintomáticos que normalmente no acuden a los hospitales. El estudio analiza las aguas residuales para detectar el genoma del virus, el llamado RNA, y establece unos parámetros de efectividad considerando los protocolos de aplicación.
La principal dificultad de este método radica en que la mayoría de estos protocolos se desarrollan para analizar muestras humanas con una gran carga viral, mientras que en el análisis de aguas residuales el RNA del virus presenta un "alto nivel de dilución y degradación", explica el investigador.
Por ello, identificaron los diferentes parámetros que afectaban a la cuantificación del RNA y establecieron una comparación con los datos clínicos aportados por las autoridades sanitarias. El resultado de las pruebas demuestra que, efectivamente, existe una correlación y además permite determinar el valor mínimo en el que dicho análisis es efectivo, explica la UEx en una nota de prensa.
Este valor se estableció en un mínimo de 10 copias del genoma del virus por litro de agua residual. Un parámetro "nunca antes establecido" que se consiguió mediante el método de replicar de forma sintética la presencia del virus en muestras de laboratorio, algo "imprescindible" para su validación y sistematización posterior en muestras reales.
Además, se compararon varias técnicas de análisis con el objetivo de comprobar sus niveles de fiabilidad y coste económico. Por ejemplo con la técnica de amplificación colorimétrica, permite ver de "forma simple" la presencia del virus y cuantificarlo en función de la intensidad del color. La ventaja de este método es "un menor coste y una tecnología que puede desplazarse, por lo que podría ser adecuada para zonas con pocos recursos".
Los estudios de epidemiología basada en aguas residuales (WBE) pueden utilizarse para detectar la presencia de otro tipo de enfermedades o microorganismos, como por ejemplo la Hepatitis, por lo que resultan "muy útiles" no solo para implementar políticas preventivas frente a futuros brotes de la COVID-19, sino también para llevar a cabo estudios de salud a nivel poblacional.
"Si nos adelantamos al detectar el aumento de una enfermedad, podremos prevenir los brotes y tomar medidas para que no se produzcan situaciones de emergencia sanitaria como las sufridas", concluye el investigador.