Hoy venía pensando en… la oportunidad que tiene hoy el Valencia de hacernos volver a creer en este equipo.
Dijo ayer Gayá que espera que no se parezca en nada a aquella Supercopa en la que fueron vapuleados como un pelele ante un Real Madrid muy superior. De aquel Valencia apenas quedan tres jugadores y el propio Gayá reconocía que eso de no mantener el bloque a lo largo de las temporadas no es lo ideal.
Pero hay una diferencia con ese Valencia. En aquella Supercopa el entrenador era Albert Celades y en esta lo es Gennaro Gattuso. El primero carecía de toda experiencia, el segundo la tiene toda en partidos como este.
Tal vez por eso, y pese a las malas sensaciones del viernes pasado en Mestalla, queremos todos creer que hoy va a ser diferente. El rival, el Real Madrid es de esos equipos que motivan hasta al más desmotivado. Y si encima el premio que lleva ganarle es jugar una Final, con más motivo. Tal vez por todo eso nos ilusionamos y tenemos ganas de que llegue la hora del partido porque mientras el corazón nos impulsa a creer, la cabeza nos dice que no hay nada que hacer. Ese es el dilema hoy de todos los valencianistas.
¿Os acordáis que ayer os hablaba de la cara de Gattuso? Pues ayer el italiano fue muy sincero en parte. Dijo que cuando pierde tiene “cara de mierda”. Yo añadiría a eso la poca agilidad que está teniendo el club en satisfacer sus deseos en forma de refuerzos. Por mucha llamada vía zoom que hiciera con Peter Lim lo bien cierto es que el tiempo apremia y ya dejó claro que el que venga tiene que ser un jugador con ritmo de competición, que no le valen esos descartes que apenas juegan en sus equipos. En cristiano: que no le valen los Cutrones, Fieros, Olivas y compañía.
Sea como fuere quiero pensar que hoy todo será distinto. Que hoy el Valencia doblegará al Real Madrid y que pronto… Gattuso tendrá lo que necesita. ¿Es mucho pedir?