Hoy venía pensando en… la gran diferencia que existe actualmente entre el Atleti y el Valencia. Que no hace mucho no era tan grande.
Una diferencia que se evidenció el pasado sábado. Los de Javi Gracia aguantaron hasta donde pudieron los envites de los de Simeone. Pese a ser en Mestalla a los valencianistas no les cupo más remedio que encerrarse atrás a la espera de alguna salida para poder hacer daño a los colchoneros. En resumen: equipo pequeño usando sus armas frente a equipo grande.
Porque mientras el Atleti ha ido creciendo en los últimos años, el Valencia hace tiempo que dejó de crecer. Los de la capital deberían de haber sido el espejo en el que mirarse tras la llegada de Lim al Valencia. Pero no ha sido así. Cuando parecía experimentar ese crecimiento, hace un año, todo se truncó al despedir a Mateu y Marcelino.
Porque me consta que ese era el objetivo de los dos: parecerse cada vez más al Atleti e ir creciendo clasificando todos los años al equipo para Champions. Porque esa es la clave: estar en la élite europea para ingresar más y poder acceder a mejores futbolistas. Si ese crecimiento que experimentó el club en esos dos años hubiera continuado tal vez hoy estaríamos hablando de cosas diferentes.
Tal vez el sábado se le hubiera podido plantar cara de tú a tú en lugar de encerrarse atrás apelando a la fortuna de que no estuvieran acertados, esa fortuna que se convirtió en mala cuando Lato introdujo el balón en su propia portería.
Y mucho ojo con dormirse. Que hoy el Valencia puede caer a la décimo cuarta plaza, un lugar de… equipo pequeño…
