Hoy con Léleman venía pensando en… la situación de Daniel Wass. Que el futbolista sigue esperando que el Valencia acepte la oferta del Atleti para volar a la capital de España.
Vaya por delante que entiendo el deseo del futbolista. Ojalá se quisiera quedar. Ojalá el Valencia fuera aquel equipo de 2019 en constante crecimiento y que jugaba en los grandes escenarios europeos. Tal vez en aquel entonces su deseo hubiera sido distinto. Tal vez Valencia y el Valencia sí le hubiera ofrecido todo lo necesario para rechazar una oferta del Atleti. Pero aún entendiendo su deseo, no entiendo su actitud.
No entiendo que se borrara en el partido ante el Atleti. Ni lo entiendo ni me gustó. Dice muy poco de su profesionalidad y su compromiso con el equipo que le paga. Hoy es futbolista del Valencia y como tal debe ofrecer sus servicios al equipo que le paga. ¿O acaso el Valencia va a dejar de pagarle el tiempo que esté sin jugar? ¿No? Pues eso.
Y lo de Wass me hace pensar otra vez en la suerte que tenemos de tener futbolistas con la calidad de Gayá tan valencianistas. El de Pedreguer podría jugar en cualquier equipo de los grandes de Champions. Allí, seguro, ganaría mucho más dinero y posiblemente títulos que no ganará con el Valencia de Meriton. Pero él no es Wass. Él es capaz de renunciar a todo eso por sentirse importante y querido en el club que lleva en su corazón desde pequeño. Su grado de compromiso es tal que ni en los peores momentos del Valencia ha pedido salir. Es verdad que hoy en día, con el fútbol convertido en un negocio, son rara avis, no proliferan jugadores como Gayá sino todo lo contrario.
Tal vez por eso vemos como normal la actitud de Wass. Yo me niego a verla como normal. Nadie le obligó a firmar un contrato con el Valencia hasta junio de 2022. Y mientras nadie diga lo contrario… debe ser profesional y cumplir con su trabajo como le corresponde…