Hoy con Léleman venia pensando en… que soy valencianista desde que mi padre me llevaba a Mestalla de bien pequeño, mi ídolo de infancia era Lubo Penev… pero como valenciano y amigo de muchos levantinistas… me duele este Levante.
Me duele mucho. Y no es demagogia. Es verdad. Me duele ver hundido en la clasificación y casi desahuciado a los granotas. Me duele la vergonzosa y humillante derrota ayer ante el Villarreal. Me duele la imagen de decenas de aficionados esperando el autobús en el Ciutat para llamarles mercenarios. Me duele ver en qué se ha convertido un equipo que no hace mucho estuvo a un paso de jugar una final de la Copa del Rey.
Entiendo que muchos valencianistas no pensarán como yo. Están en su derecho. No pretendo convencer a nadie ni dar lecciones de nada. Solo expreso mi sentimiento. Nunca he sido de odiar a nadie ni desearle ningún mal. Esto no va a ser diferente. Tengo muchos amigos granotas que desde el respeto me pican cuando mi equipo pierde al igual que hago yo con ellos. Pero esto es otra cosa. Están sufriendo y el sufrimiento de mis amigos es el mío propio. Empezando por su capitán José Luís Morales al que considero amigo. Le conozco bien, sé como es y rara vez te encuentras en el fútbol un tio con sus valores y principios. Y os lo digo yo que llevo 25 años siguiendo de cerca por mi profesión a los futbolistas.
Queda una vuelta por delante. Es difícil, lo sé. Hoy el levantinismo está más hundido que nunca y con razón. Anoche eché en falta a su presidente dando la cara como hicieron los capitanes y el entrenador. Quizá el Quico de hace unos años... quizá el Quico de hace unos años sí hubiera estado.