Hoy con Leleman venía pensando en… Maxi. Un futbolista que se ha ido apagando con el paso de los meses.
Muchos pensamos que por sus características y calidad estaba llamado a ser el sustituto de Luis Suárez. Su capacidad goleadora y su instinto dentro del área nos recordaba mucho al uruguayo hoy en las filas del Atleti. Y todos dimos por bueno el cambio al Celta por Santi Mina más esos 15 millones de euros.
Pero esa estrella que fichó el Valencia se ha ido apagando poco a poco consumido por los vaivenes a los que se ha visto sometido el equipo. Ya no es ese Maxi goleador y su aportación al equipo ha ido cayendo en picado. Se le nota nervioso porque no le salen las cosas como él quisiera. Los delanteros tienen rachas buenas y malas. Y él está ahora en una pésima. Sería labor del entrenador tratar de recuperarlo.
Un entrenador con el que no tiene feeling. Pero ni él ni otros muchos en el vestuario. Lo que hizo el domingo autoexpulsándose debe tener castigo. Del comité de competición y del mismo entrenador. Porque perseverar en el error lo convierte en un error aún más grande.
Y el error es insistir en Maxi cuando tienes en la plantilla futbolistas como Manu Vallejo o Cutrone. El primero ya ha demostrado de sobra su implicación en este equipo, mucho mayor que la de Maxi, y el segundo está ansioso de que le den oportunidades. Para eso vino el italiano cedido, para con su edad ir adquiriendo experiencia a base de minutos. Y de momento no ha rascado bola.
Así que le toca a Javi Gracia solucionar la patata caliente de Maxi. Las declaraciones del domingo suenan a palo gordo para un entrenador que apenas alza la voz nunca. Pero decirlo y no hacer nada… no serviría de nada…
