Hoy con leleman venía pensando en… lo bonito de los derbis. Y este, en las circunstancias que llega… más aún.
Digo las circunstancias porque ahora mismo el Levante está por delante del Valencia en la clasificación. Me consta que los futbolistas granotas tienen entre ceja y ceja quedar por delante de los de Mestalla. Sería, si sucede, la primera vez en la historia. Y eso a los levantinistas les hace especial ilusión.
Que haya menos diferencia entre ambos es bueno para el Levante y malo para el Valencia. Bueno para los granotas porque significa que han crecido y ya no son ese equipo ascensor. Han conseguido asentarse en la primera división y han estado a un paso, a un pequeño paso, de meterse en una final de Copa. Y es malo para los valencianistas porque significa que el equipo ha ido hacia atrás. De ganar una Copa y codearse con los tres de arriba (Atleti, Real Madrid y Barça) a caer a la mitad de la tabla sin pena ni gloria.
Sea como fuere esa rivalidad, ese pique que hoy existe entre los dos equipos hace que de verdad el partido Levante-Valencia se haya convertido en un derbi en el que puede pasar cualquier cosa y para el que no hay, esta vez, un favorito claro para llevarse la victoria.
Una victoria que puede significar fijar los objetivos de los dos equipos hasta final de temporada. Quien gane sabrá si debe mirar hacia arriba o hacia abajo, si hay que pelear por acercarse a los de europa o por alejarse de los del descenso.
Así que con todos estos alicientes llega el derbi una vez más. El único pero la ausencia de público en las gradas. Porque partidos como el del viernes son para vivirlos en el estadio junto a tu vecino aunque sea del equipo contrario…
