La iniciativa está financiada por la Unión Europeo

La UMH aborda la restauración de balsas abandonadas de residuos de aceite de oliva

En el proyecto participan también la Generalitat Valenciana, la Asociación Española de Municipios del Olivo y la Universidad de Almería

ondacero.es

Elche |

Balsa abandonada de alpechines | Universidad Miguel Hernández de Elche

La Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche y la Generalitat Valenciana lideran un proyecto sobre la restauración de balsas abandonadas de alpechines (residuos de aceite de oliva) mediante técnicas biotecnológicas de bajo coste.

La iniciativa cuenta con una financiación de la Unión Europea de 1’5 millones de euros entre 2017 y 2021y en la misma la UMH participa como experta en compostaje, vermicompostaje, fito-remediación y monitoreo ambiental.

El proyecto, impulsado por el Ayuntamiento de Mora (Toledo), junto con la universidad de Elche, la Universidad de Almería, la empresa GESREMAN S.L. y la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO), tiene el objetivo de restaurar más de 5.000 metros cuadrados de balsas abandonadas en Mora para que sirva como base demostrativa para la transferencia, ya que existen miles de este tipo de instalaciones en España, Grecia, Francia y la cuenca mediterránea.

Las prácticas más habituales en los países mediterráneos para gestionar los residuos líquidos procedentes de la industria olivarera incluían el uso de balsas de evaporación o el vertido directo al suelo. Muchas ellas han quedado en desuso o abandonadas al cambiar el sistema de producción del aceite.

La restauración de estas instalaciones es importante para evitar la contaminación de los suelos y los acuíferos. Además, en estas balsas están presentes compuestos orgánicos recalcitrantes de difícil descomposición, así como algunos contaminantes inorgánicos.

Dentro de las técnicas innovadoras y pioneras para la eliminación de contaminantes orgánicos de tipo fenólico, destaca la fito-remediación, consistente en un método de descontaminación biológica del suelo en el que se aprovecha la capacidad de algunas plantas y microorganismos asociados para absorber y bioacumular altas concentraciones de contaminantes y convertirlos en especies químicas menos tóxicas.

La Generalitat Valenciana colabora en la fase de fito-remediación, que implica la validación de plantas capaces de subsistir en el medio contaminado y favorecer la extracción, inmovilización, degradación y eliminación de estos compuestos contaminantes. Para ello, la Conselleria de Agricultura ha aportado más de 600 ejemplares desde sus viveros de El Palmar y Guardamar.

Además, ha facilitado otras 450 especies de restauración no especializadas, como adelfa, tetraclinis y lentisco.