La directora de programas de la Fundación Salud y Comunidad, Belén Sánchez, ha destacado que “la explotación sexual deja huellas muy profundas, por tratarse de un grave maltrato y vulneración de derechos, que en muchos casos, las víctimas lo sufren desde la niñez”. Por lo tanto, “nuestra tarea no finaliza en el momento de la inserción laboral, ya que hay que seguir curando las heridas que provoca una situación así”, algo que se consigue “rompiendo el aislamiento y generando comunidad, grupo y sentimiento de pertenencia”.
Por su parte, la vicepresidenta de la diputación, Patricia Puerta considera “fundamental” el trabajo que se realiza a través del programa IMMA para “dotar de libertad y autonomía y empoderar a las mujeres que atienden, para que crean en sí mismas, dotándolas de los instrumentos que les permitan iniciar una nueva vida”.
En la misma dirección, la Diputación ha subvencionado en 2021 a esta entidad con 15.000 euros, que se han destinado a la reforma y acondicionamiento del local en el que se atiende a estas mujeres.