El Villarreal se las prometía felices en la previa de la jornada tras lograr la victoria en cancha del FC Barcelona. Los vila-realenses tenían ante sí una ocasión perfecta para alejar de una forma casi definitiva a un Cádiz que marcaba los puesto de descenso. Y pese a gozar del dominio durante casi todo el partido y de las mejores ocasiones, la falta de pegada condenó a los amarillos a conformarse con un punto que sabe a poco.
Lo cierto es que, a diferencia del duelo de una semana antes en Montjuic, no fue la tarde de los atacantes amarillos. Ni Gerard, ni Sorloth ni Guedes fueron capaces de desarbolar la férrea defensa cadista . Tampoco Baena, el mejor de los locales, pese a generarse las mejores ocasiones. Tampoco ayudó el árbitro, González Fuertes, que se comió un claro penalti al roqueteño en el que tampoco entró el VAR.
Marcelino se mostró disconforme con el resultado final pero exigente con su equipo: "Pudimos haber salido con más ritmo en el primer tiempo y pisar más el área. En el segundo nos fuimos precipitando con el paso de los minutos. Hubo un equipo que mereció ganar, se escapó una victoria que merecimos. Nos faltó estar más certeros y tener más agresividad en su área. El hecho de encontrar el gol nos privó de una victoria que merecimos"
Marcelino: Hubo un equipo que mereció ganar, se escapó una victoria que merecimos
Primera puerta a cero en casa
Han tenido que pasar doce partidos en La Cerámica esta temporada para que el Villarreal consiga, por fin, mantener una puerta a cero esta temporada como local en un partido de liga. Y en esta ocasión lo ha consiguió con la visita del Cádiz, equipo menos goleador del campeonato y que se presentaba como una "víctima" propicia para romper tan nefasta dinámica.
Hasta la fecha los azulejeros lo habían logrado en un par de partidos de competición europea, coincidiendo con las visitas del Rennes (1-0) y del Maccabi Haifa (0-0), no así en el campeonato nacional donde las estadísticas eran terroríficas para sus intereses. Y es que hasta esta jornada, en 11 partidos, habían recibido la friolera de 22 goles. Una media de dos tantos encajados por encuentro para ser el peor local del campeonato en cuanto a eficacia defensiva se refiere.