Queridos amigos:
Volvemos con las buenas costumbres y aquí estoy para platearles una reflexión que sabe más a misterio o a acertijo que a cualquier otra cosa. Una vez más, me refiero a la sanidad, que parece en caída libre. Es ese secreto a voces, pero a voces entre corrillos, pataletas diarias de cualquiera de nosotros que parece una voz que clama en el desierto. Mientras el ruido de la política aturde, todo el mundo observa el derrumbe sanitario resignados, como si no fuera importante.
¿Acaso alguno ha intentado conseguir cita con su médico de cabecera y ha conseguido que la web esté disponible? ¿Acaso alguno está pendiente de una lejana y milagrosa visita a un especialista? ¿Acaso alguno está en lista de espera para una intervención que ya hace muchos meses que se hizo urgente? Si usted no está en ninguno de estos casos: ¡bingo! Le ha tocado la lotería o, más bien, tiene una cobertura privada, la que hace unos años era elitista y ahora es el pan nuestro de todo aquel que quiere estar sano.
¿Exagero? No. Bien saben que no y, según me llega de fuentes fiables, no hay médicos de familia, y menos que habrá a corto medio plazo, porque hay pocos médicos y, los pocos que hay, no les apetece optar por las condiciones laborales que les ofrecen. El problema es serio y a este humilde servidor le da la impresión de que no hay un plan B, sino, más bien, todo lo contrario: importamos médicos de Latinoamérica sin más referencias que un título, como sea y el que sea, al mismo tiempo que las plazas de Medicina están contadas y muchos de nuestros estudiantes con medias excelentes deben optar frustrados por otras carreras.
¿Alguien puede explicarme esto? ¿Es que hay una cámara oculta o estamos de broma? Hablamos de la emergencia climática, de la emergencia del agua, de la inflación… ¿Pero es posible que desde el Ministerio de Sanidad no perciban que desde hace años estamos hinchando el sistema sanitario de población extranjera al mismo tiempo que no hay recursos sanitarios ni se los espera? Es políticamente incorrecto decirlo, pero es así. El sistema no resiste y, si queremos que resista pudiendo albergar a toda la población, hay que acometer reformas urgentes y serias.
Queridos amigos, al final se tirarán los problemas de un lado para otro, porque con eso de que las competencias las tienen las comunidades autónomas, el gobierno observa impasible el derrumbe sanitario. Pero este problema trasciende a las autonomías y no creo que sea bueno politizarlo. Es una realidad que hay que resolver con urgencia y debe acometerse a nivel nacional y con la colaboración de todas las comunidades autónomas. Es como cuando anuncian que llega la borrasca, solo cabe esperarla, porque tarde o temprano, llega.