La Fundación Santa María la Real ha presentado esta semana distintas alegaciones frente a la construcción de polígonos eólicos y fotovoltaicos en el entorno de la Montaña Palentina.
La entidad se suma así al clamor de otras muchas plataformas, asociaciones y ciudadanos de la comarca que entienden que este tipo de proyectos chocan de pleno con el modelo de desarrollo sostenible por el que se ha trabajado durante años.
En su alegato dejan claro que no se trata de posicionarse frente a la instalación de energías renovables, sino de valorar y estudiar dónde, cómo, quién, por qué y para qué se instalan. “Llevamos más de cuatro décadas apostando por generar desarrollo sostenible en la Montaña Palentina. Un modelo respetuoso con el entorno, basado en tres pilares: personas, patrimonio y paisaje”, explican desde la Fundación.
A lo largo de este tiempo, en colaboración con otras entidades, administraciones y empresas, “se han invertido más de 50 millones de euros y se han creado cientos de puestos de trabajo, a través de diferentes proyectos e iniciativas que tienen el patrimonio como eje de dinamización del territorio”, recuerdan e inciden en que no se puede echar por tierra todo este esfuerzo ni convertir la Montaña Palentina en una “zona de sacrificio”.
Defensa del “Paisaje Cultural” de la Montaña Palentina
La comarca no solo cuenta con una de las mayores y más significativas concentraciones de arte románico de Europa, sino que además constituye un auténtico Paisaje Cultural, enclavado en el entorno del Geoparque Mundial de Las Loras, el Parque Natural Fuentes Carrionas – Montaña Palentina y otros espacios singulares como Las Tuerces o Covalagua.
La instalación de una ingente cantidad de polígonos eólicos y fotovoltaicos supondría un impacto visual y ambiental que afectaría gravemente al territorio y que pondría en riesgo el modelo de desarrollo sostenible por el que se ha apostado en la comarca, basado en el turismo cultural y natural.
No solo eso, desde la Fundación aseguran que la colocación de aerogeneradores y placas solares, tal y como se está planteando, puede poner en riesgo la declaración del Románico Palentino como Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO, que ya ha sido validad por la Comisión de Cultura del Senado o hacer peligrar la revalidación del Geoparque Mundial de Las Loras. Sin contar con los numerosos bienes de interés cultural (BIC) con los que cuenta
la comarca o los yacimientos arqueológicos que se verían afectados por las instalaciones y que no se han tenido en cuenta en los estudios de impacto ambiental realizados por los promotores de los proyectos.
En este sentido, desde la Fundación han acompañado sus alegaciones con sendos documentos en los que aparecen claramente relacionados todos los testimonios románicos y yacimientos que se verían afectados. Recuerdan, además, que algunos de estos testimonios como el monasterio de Santa María la Real o la iglesia de Olleros de Pisuerga cuentan desde hace años con premios Europa Nostra en reconocimiento a su restauración y conservación. Un galardón que también fue otorgado al Plan Románico Norte, es decir, al territorio en su conjunto, por su valor como paisaje y seña de identidad.
Fragmentación de proyectos y antecedentes legales
Además de defender el modelo de desarrollo territorial de la Montaña Palentina, desde la Fundación se suman a las advertencias de otras plataformas, colectivos y asociaciones que exponen que los proyectos se han fragmentado para facilitar su tramitación regional, pero que, sin embargo, afectan a un mismo territorio.
De hecho, señalan que la conjunción de algunos de estos proyectos supondría la ocupación de más de 140 hectáreas o lo que es lo mismo, el equivalente a más de 230 campos de fútbol, repletos de eólicos y placas solares. “No podemos sacrificar la riqueza natural, cultural y humana de un territorio como la Montaña Palentina en pro de las energías renovables. El perjuicio para el medioambiente, así como para la población de la comarca y de la sociedad en general, puede ser mucho mayor que las ventajas”, agregan.
Recuerdan desde la Fundación que existe un precedente que no ha de olvidarse y es que en el año 2008 la Dirección General de Prevención Ambiental y Ordenación del Territorio de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León ya emitió una declaración negativa de impacto ambiental sobre el proyecto de ampliación del parque eólico “El Pical”, basándose en un informe de la Dirección General de Patrimonio, que dejaba clara la afección que el proyecto tendría sobre el patrimonio y sobre el modelo de desarrollo planteado para la zona. Un modelo que no solo no ha cambiado, sino que se ha refrendado en los últimos años.
Cabe recordar que la Fundación se posicionó también frente a la instalación de macrogranjas de porcino en la zona de la Ojeda. Desde la entidad, aseguran que seguirán trabajando por el desarrollo sostenible de éste y otros territorios. De ahí que reclamen una planificación y ordenación para la instalación de energías renovables que tenga en cuenta y se adecue a las necesidades cada comarca, sin comprometer el valor de sus recursos culturales, paisajísticos y humanos.