Los empresarios que en el año 2000 donaron el yate 'Fortuna' al Rey, Don Juan Carlos y que conforman la Fundación Turística y Cultural de Baleares, ha acordado por unanimidad solicitar al Consejo de Administración del Patrimonio Nacional la devolución de la embarcación a los activos de este organismo, teniendo en cuenta que su donación fue "modal o finalista".
En una carta firmada por la presidenta de la citada Fundación, Carmen Matutes, dirigida al presidente del Consejo de Administración del Patrimonio Nacional, José Rodríguez-Spiteri Palazuelo, le recuerda que la Fundación Turística y Cultural de Baleares fue informada a través de la Casa del Rey de la renuncia de Su Majestad a hacer uso del yate 'Fortuna', construido por encargo de este organismo y puesto a disposición de Don Juan Carlos a través del Patrimonio Nacional.
En la misiva, Matutes señala que la donación que efectuó la Fundación a favor del Patrimonio Nacional en fecha 19 de junio del año 2000 establecía, en el expositivo III, que la decisión de donar la embarcación era "para el uso y disfrute de Su Majestad el Rey y de los miembros de la Real Familia", es decir, una donación modal o finalista.
Cabe recordar que el Consejo de Administración de Patrimonio Nacional autorizó el pasado 21 de mayo "por unanimidad" iniciar los trámites para la desafectación del yate 'Fortuna', después de que la semana anterior el Rey Don Juan Carlos les trasladara su intención de renunciar al barco que le fue regalado por un grupo de empresarios mallorquines en el año 2000.
El expediente de desafectación se comunicó al día siguiente de manera formal al Ministerio de Presidencia, del que depende Patrimonio Nacional. El Departamento que dirige Soraya Sáenz de Santamaría presentará a su vez esta decisión al Consejo de Ministros, que decidirá en último término qué se hará con el yate.
El expediente aprobado por Patrimonio Nacional no establece cuál puede ser el futuro del yate, que podría ser subastado o permanecer como bien del Estado, una vez deje de pertenecer al organismo responsable de los bienes de titularidad del Estado que proceden del legado de la Corona española, entre los que se encuentran ocho palacios reales y trece monasterios y conventos.
La decisión de Don Juan Carlos, que se explicó en el esfuerzo de austeridad que requiere la situación económica, fue trasladada a Patrimonio Nacional por el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, que pidió que se iniciara este proceso administrativo.
El expediente de desafectación se ha sometido a votación en la reunión mensual del Consejo de Administración de Patrimonio Nacional, que ha dado su visto bueno por unanimidad. Han votado favorablemente el presidente, la gerente y nueve vocales, entre quienes están el alcalde de Palma de Mallorca, Mateo Isern, según fuentes de este organismo, que han explicado que sólo se ha ausentado de la asamblea de este martes la alcaldesa de Madrid, Ana Botella.
REGALO DE EMPRESARIOS MALLORQUINES
El monarca recibió el 'Fortuna' como regalo de un grupo de empresarios mallorquines en el año 2000, para sustituir al anterior 'Fortuna' que Don Juan Carlos había recibido también como obsequio del Rey de Arabia Saudí a finales de los años 70. Hubo un primer 'Fortuna', con el que el entonces Príncipe de España compitió en unos Juegos Olímpicos de Munich de 1972 y que acabó siendo donado al Museo Olímpico de Barcelona.
Construido por los astilleros de Izar en San Fernando (Cádiz), el yate del que se ahora se desprende tiene una cubierta principal con un salón noble, un comedor, una cocina y un gran puente de mando. En el piso inferior, tiene cuatro camarotes, dos reservados para el Rey y sus invitados, que ocupan toda la manga, y otros dos a ambas bandas del pasio central.
Según han indicado fuentes de Casa Real, en 2012 el Rey sólo navegó con el 'Fortuna' un solo día, el 13 de agosto. Ese día, el monarca almorzó en alta mar con la tripulacion del barco, que permaneció unas ocho horas navegando.
Los técnicos de mantenimiento habían aconsejado mover el yate, que llevaba ya mucho tiempo sin salir de puerto, y el monarca decidió acompañar a la tripulación, según informó entonces Zarzuela. Desde que se decidió recortar gastos, la Familia Real salía a navegar con el 'Fortuna' de forma excepcional, ya que llenar el depósito del yate cuesta unos 25.000 euros. En su lugar utilizaban la lancha 'Somni', propiedad del armador Josep Cusi, que éste pone a disposición del Rey todos los veranos.