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Baleares | 11.01.2013 00:00
La Guardia Civil ha desarticulado una banda dedicada al hurto de tarjetas de crédito y su posterior utilización en cajeros automáticos y comercios de Palma, y en locales de alterne de Magaluf (Calvià), que se estima que ha podido estafar alrededor de 175.000 euros.
La investigación por varios delitos de hurto y estafa con tarjetas de crédito comenzó en julio del año pasado por parte de agentes de la Guardia Civil del Pont d'Inca y dio lugar a la constatación de la existencia de un grupo organizado de personas de origen rumano que se dedicaba a cometer estos delitos, ha informado el instituto armado en un comunicado.
Los implicados robaban carteras al descuido, principalmente de turistas extranjeros, posteriormente sacaban el tope máximo de dinero que podían en cajeros automáticos y además realizaban compras ficticias en algunos establecimientos comerciales con los que estaban compinchados, a cambio de dar una comisión a los comerciantes.
En total la Guardia Civil ha detenido a diez personas por hurto y estafa, de las que seis se dedicaban al robo de las tarjetas.
En Palma se realizaron estafas mediante este procedimiento en una empresa de mudanzas donde cobraron con tarjetas 7.600 euros y otro negocio donde defraudaron hasta 42.000 euros, si bien las cantidades que intentaron estafar ascendían a 15.000 y 116.00 euros, respectivamente.
También realizaron cobros con tarjetas robadas en dos clubes de alterne de la zona de Magaluf, donde se aprovecharon de clientes ebrios a quienes sustrajeron las tarjetas después de haberles realizado algún cobro y haberles hecho teclear el código de seguridad delante de algún miembro de la banda.
Una vez que el cliente descuidaba la ropa, el encargado cogía la tarjeta y la utilizaba en operaciones por diferentes importes.
En estos dos negocios llegaron a cobrar con éxito a través de los datáfonos la cantidad de 101.600 euros en uno y 24.100 euros en otro.
Con esta investigación se han esclarecido una veintena de delitos de hurto y estafa aunque la Guardia Civil sospecha que podrían haber cometido muchos más que no han sido denunciados.
La investigación ha finalizado con la detención e ingreso en prisión del cabecilla de la banda, y de los dos propietarios de las empresas compinchadas. Se ha imputado al resto de los implicados y tres de ellos se han dado a la fuga al sospechar que iban a ser detenidos.