La incidencia del coronavirus en las cuatro comarcas aragonesas que retrocedieron a la Fase 2 empieza ya a descender, aunque el Gobierno aún no se atreve a fijar una fecha para que esos territorios recuperen la normalidad. En estos momentos, en La Litera, Cinca Medio, Bajo Cinca y Bajo Aragón-Caspe hay nueve brotes laborales abiertos, que acumulan 335 contagios confirmados.
Esa cifra seguirá creciendo en los próximos días, porque en los centros de salud de Binéfar, Monzón, Fraga y Caspe van a realizarse diariamente entre 20 y 70 pruebas PCR, para analizar todos los casos en los que exista la más mínima sospecha. Aun así, la consejera de Sanidad, Sira Repollés, señala que las medidas de contención han dado buenos resultados y ya puede observarse una tendencia descendente.
En paralelo a ese trabajo para contener los brotes activos en cuatro comarcas, el Departamento de Sanidad también está preparando una reserva estratégica de materiales de protección, equipamiento médico y pruebas diagnósticas, de cara a una posible segunda ola de coronavirus durante el próximo otoño.
El Consejo de Gobierno ha dado el visto bueno, por ejemplo, a la compra de 50 respiradores, 22 equipos de radiología y 325 ordenadores para realizar video-consultas. También se tienen camas suficientes para esa posible segunda ola, ya que aún no se ha desmantelado el hospital de campaña en Plaza, y se cuenta con mascarillas, batas, guantes y otros elementos protectores suficientes para cualquier contingencia.