Estos días ha culminado el traslado de la Biblioteca Municipal Lobo a las reformadas instalaciones del Ayuntamiento, y de esta forma este tesoro patrimonial de la ciudad regresa a la ubicación que ocupó desde el siglo XIX. El regreso de esta colección a la Casa Consistorial se produce después de haber permanecido en depósito en la Biblioteca Luis Berenguer desde 2006, a la espera de la restauración del histórico edificio municipal. El proceso de traslado de esta biblioteca, conformada por la colección cedida a la ciudad por el Contralmirante Miguel Lobo y Malagamba y los fondos añadidos a lo largo de los años, ha estado supervisado por la Concejalía de Cultura, con José Luis López Garrido, director del Archivo Municipal de San Fernando, a la cabeza. La pasada semana, la alcaldesa de la ciudad, Patricia Cavada, y la concejala del ramo, María José Foncubierta, han visitado las instalaciones para comprobar in situ cómo se está desarrollando este importante movimiento de reubicación.
Una vez culminada esa mudanza de los alrededor de 6.000 ejemplares que conforman este patrimonio bibliográfico (incluyendo autógrafos) a su ubicación en el Ayuntamiento, el proceso se centra ahora en la reordenación de los fondos, la adaptación al nuevo espacio más iluminado y colorido, la catalogación por materias para permitir un mayor disfrute de su contenido y una más eficaz consulta de investigadores y especialistas. Sin duda, ocuparán un lugar especial las principales joyas de la colección que el Contralmirante Lobo, gran aficionado a la bibliografía, atesoró con el paso de los años y durante sus viajes por el mundo. Es el caso del 'Diccionario de Autoridades', editado entre 1726 y 1739 y que coincidió con la creación en España de las Reales Academias (es la primera edición del Diccionario de la Academia Española de 1726, ofrecido por la propia Academia a Felipe V); o de 'L'Encyclopédie o Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers' ('La Enciclopedia'), que fue editada entre los años 1751 y 1772 bajo la dirección de Denis Diderot y Jean le Rond d'Alembert, y que contiene 72.000 artículos de más de 140 colaboradores, entre los que destacan Voltaire, Rousseau, Condillac o Turgot.
Hay incunables del siglo XVI
Otras de las obras más destacables por su antigüedad del legado de Lobo son estas dos del siglo XVI: el ‘Anquitatum Romanorum’, de Dionisio de Halicarnaso (Basilea, 1549), y el ‘De Arte Gimnastica. Libri Sex’, de Geronimo Mercuralis (Venecia, 1569). Ya del siglo XVII destaca un Atlas Geográfico fechado en 1666. Junto a estas joyas bibliográficas destacan muchos otros volúmenes, algunos de ellos aportados a lo largo de los años por otras instituciones y personas relevantes (Real Observatorio de Marina, Academia de Historia, la biblioteca del propio Alfonso XII, D. Emilio Croquer), otros adquiridos por el Consistorio y también los cedidos por los propios autores. Durante este proceso de reordenación de esta biblioteca, algunos de los volúmenes serán trasladados también al Archivo para su depósito, y los ejemplares de consulta más frecuente o que tienen un tratamiento especial estarán en la sala de consultas del Archivo, en particular los que atesoran mayor información sobre la historia de la ciudad, lo que va a enriquecer las posibilidades de disfrute de la colección. La alcaldesa ha resaltado “la importancia del regreso al Ayuntamiento de esta singular biblioteca, prácticamente única en el mundo”, que se suma al progresivo traslado de otras áreas municipales que se está produciendo ya en estos días a la Casa Consistorial para su inminente apertura.
En el caso de la Biblioteca Lobo, la regidora ha apuntado que se da además la maravillosa coincidencia de que este regreso de la colección del Contralmirante al Ayuntamiento ha coincidido con el inicio este mismo mes de febrero de los actos de celebración del Bicentenario de su nacimiento, que ha sido posible gracias al trabajo conjunto de instituciones como la Real Academia de San Romualdo, el Instituto de Historia y Cultura Naval, el Museo Naval de San Fernando, los Ateneos de Cádiz, de Madrid y de Chiclana, la Universidad de Cádiz, la Fundación Universitaria CEU San Pablo Andalucía, la Fundación Hispano-Británica, la Sociedad Filatélica Gaditana y la Asociación Española de Maximofilia, a las que se suma el Ayuntamiento de San Fernando.
“Contar en la ciudad con esta joya que alberga la colección de libros donados por el Contralmirante, con obras de gran antigüedad y valor, es un motivo de orgullo para nuestra ciudad”, ha afirmado Cavada, que ha añadido que “como bien ha apuntado en alguna ocasión nuestro archivero, que supervisa ahora este traslado, este legado es todo un hito cultural para San Fernando, y con su vuelta al magnífico edificio de la Casa Consistorial recupera la entidad que merece”.