ELECCIONES GENERALES 2023

Yolanda Díaz registra Sumar con Podemos dentro

La nueva formación de Yolanda Díaz registra la coalición y asume que en ella está Podemos. Esta vez Sumar evita una larga negociación "como suele ocurrir en estos casos" -apuntan voces cercanas a Díaz -y asegura que, a pesar de sus quejas, Podemos estará ampliamente representado en las nuevas listas de cara a las elecciones del 23J. Pero la exclusión de Irene Montero sigue sin digerirse en la formación morada. De hecho Ione Belarra no parece haber dicho su última palabra. Se acabó el plazo para inscribir nuevos partidos, pero hay margen para hablar de listas hasta el 19 de junio.

📌 Elecciones generales en directo: sigue la última hora de las negociaciones entre Sumar y Podemos

Ignacio Jarillo

Madrid | 09.06.2023 20:23

Imagen de archivo de la vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz
Imagen de archivo de la vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz | Agencia EFE

No se puede. La épica de los acuerdos políticos de última hora, los que se alcanzan casi de madrugada no ha funcionado esta vez y Podemos no puede más. No al menos como hasta ahora, no como la hemos conocido. Porque el mensaje de su líder Ione Belarra tan claro al principio como desconcertante al final, asumía sin celebrar que Podemos concurrirá a las elecciones con Sumar.

Pero lo asumía, no lo anunciaba. Sus palabras llevaban dentro el mensaje de que no hay más remedio: "el compromiso de Podemos con la unidad es firme y hoy la firma de Podemos en la coalición está garantizada..." -Y añadía: "la decisión está tomada". Y todo con un lenguaje verbal y no verbal que no destilaba alegría, más bien reproche público hacia Yolanda Díaz por excluir a Irene Montero del acuerdo. Porque habrá acuerdo pero nace de la peor manera, resentido y escrito con palabras duras: "Me entristece profundamente que Yolanda... proponga que el acuerdo se construya sobre la exclusión a una compañera (Irene). Se nos ha pedido, una vez más, sacrificar a nuestro principal activo político" -decía abatida Ione Belarra-.

Hasta ahí el discurso de lamento lógico porque se acaba una era política que nació al calor de las movilizaciones del 15-M, en mayo de 2011. Entonces Podemos iniciaba su andadura como movimiento político para fundarse por fin como partido tres años más tarde con Pablo Iglesias a la cabeza. Hasta ahí todo parecía seguir un guion previsto. Pero entonces Belarra parecía arrepentirse de lo dicho y esperando que llegue in extremis un "acuerdo justo", pronunciaba un mensaje final contradictorio con el mensaje de inicio: "Esperamos no tener que llegar al último minuto para inscribir la coalición. El acuerdo puede darse en muy poco tiempo si hay voluntad por parte de Yolanda. Y también que no aceptamos ningún veto como parte de la negociación".

Dicho esto, todo lo demás quedaba en entredicho, a no ser que fuera un desahogo que no sustituye a la frase "la decisión está tomada". Y todo, después de 24 horas de consulta frenética a las bases del partido a las que preguntaban con urgencia si daban a la dirección plenos poderes para decidir el posible ingreso de Podemos en Sumar. Algo que llevan meses decidiendo. Sobre un censo desconocido hasta la hora de redactar este crónica de análisis, votaron Sí 52.829 inscritos ( 92,92%), No 3.568 inscritos ( 6,75%) y 172 votos en blanco (0,33%)

Sumar propone en estos días una oferta a la baja para Podemos

Resultados que a las diez de la mañana del 9 de junio daban a Ione Belarra, Irene Montero, Pablo Echenique, Lilith Verstringe y demás miembros del Consejo de Coordinación de Podemos la facultad para cerrar el acuerdo con la dirección de Sumar. Dos horas más tarde de ese mismo día, Belarra difundía lo que parecía un acuerdo pendiente de acuerdo. Porque Sumar propone en estos días una oferta a la baja para Podemos: el 5º puesto en la lista por la provincia de Madrid, el 4º por la de Barcelona y liderar las de Murcia, Cádiz, Guipúzcoa, La Palma o Navarra, donde entraría la propia Ione Belarra.

En todo caso, el discurso de Belarra dejaba a la militancia con la intriga propia de un guion de final de temporada. Cuando todo parecía indicar que lo que se acababa era la serie.