Madrid |
Sorprendía Zidane con un once titular con cinco centrocampistas en Los Cármenes, con Casemiro, Fede Valverde, Modric, Kroos e Isco. Benzema, por delante como única referencia.
Con el paso de los minutos, se vio que el francés otorgó más libertad a los centrocampistas: Fede Valverde más por la derecha, Isco más por la izquierda, con permutas constantes. Y lo que en principio parecía una alteración en el planteamiento habitual madridista, se plasmó en todo un acierto.
El Real Madrid salió arrasador y se gustó durante los primeros minutos en el césped. Tanto que los dos primeros goles llegaron en el primer cuarto de hora de juego. El primero, un golazo de Mendy, que sorprendió a la zaga andaluza con una arrancada y definición espectaculares: el lateral se coló entre los defensas desde la frontal del área y fusiló a Rui Silva con un zurdazo en una acción que podría firmar el mismo Roberto Carlos.
Benzema también se unió a la fiesta minutos después, con un gran tanto que comenzó con un taconazo de Isco en el centro del campo, una asistencia de Modric y un disparo al palo largo del francés ante el que Rui Silva no pudo hacer nada.
En la segunda mitad, cuando Courtois ya había superado el récord de imbatibilidad, Darwin Machís culminó un contragolpe tras un error grave de Casemiro en el centro del campo. El venezolano no perdonó y definió por debajo de las piernas del belga, que dejó en 506 minutos su marca.
El Granada no renunció al partido. Espoleado por el gol y con un Real Madrid más gris que sufrió hasta el último segundo, obligó a Courtois a realizar el paradón de cada partido e incluso Ramos tuvo que sacar bajo palos un balón que suponía el empate nazarí.
Finalmente, la victoria se quedó del lado de los de Zidane, que acarician el título de LaLiga: si ganan el jueves, se proclamarían campeones.