El Barcelona se impuso en Cornellá-El Prat con mucho sufrimiento y un gol de Messi de penalti. No fue fácil para los de Martino, que gozaron de varias ocasiones pero les costó fructificar. Mérito también del Espanyol, que se lo puso difícil, pero el Barça consiguió finalmente pasar la pelota al tejado de Atlético y Real Madrid, que provisionalmente se situán por detrás de los azulgrana.
De salida el 'Tata' Martino volvió a usar el tridente ofensivo, con Iniesta en el banquillo tras las molestias que venía arrastrando. La otra estrella que se quedó en el banquillo fue Alexis, siendo la apuesta del técnico argentino Neymar, Pedro y Messi. El brasileño, muy discutido por su irregularidad, participó en muchas jugadas de ataque pero -otra vez- con poco acierto.
Y la primera fue bien pronto. A los cuatro minutos, el fichaje estrella del Barça cabeceó demasiado suave un buen servicio de Pedro. Una pareja que provocó muchos quebraderos de cabeza para la zaga local, aunque siempre solventadas con la portería a cero. De hecho, la mejor ocasión en la primera parte volvió a tener a los dos como protagonistas, pero el brasileño envió el balón a las nubes cuando tenía todo a favor.
La posesión era culé, pero la garra estaba encarnada en Sergio García. El fino delantero del Espanyol provocó todo el peligro que llevó su equipo. Y gracias a él gozó Pizzi de una gran ocasión. El catalán le sirvió el balón en bandeja de plata, pero el portugués, cuando tenía todo de cara, no supo resolver ante Pinto. Poco antes, los locales habían pedido un posible penalti de Mascherano sobre Javi López.
Pocas noticias más tendría el novedoso meta del ataque perico. Quien no pudo descansar fue Kiko Casilla, que poco antes del descanso vio como Neymar desaprovechaba una ocasión más. Y el descanso no sentó muy bien en los azulgrana.
Les costó a los azulgrana volver de vestuarios y hasta mediada la segunda mitad no volvió a generar peligro. Aunque bien es cierto que el colegiado perdonó la segunda amarilla a Colotto y no señaló un penalti que pidieron los jugadores visitantes.
Cuando el encuentro entraba en su recta final y ya con Iniesta sobre el verde, el Barcelona comenzó a crear peligro de nuevo y a punto estuvo de adelantarse en un saque de esquina que Piqué envió al larguero. Perdonó Piqué pero no Messi, que aprovechó un penalti por manos de Javi López para, por fin, desequilibrar el electrónico.
Y Javi López volvería a ser protagonista después de que Casilla fuera expulsado por unas manos claras fuera del área. Como no había cambios, el lateral derecho se puso la camisola y los guantes de su compañero y afrontó el reto de asumir la meta. Y lo hizo bien, con dos intervenciones de mérito a pies de Alexis.
Pero el partido no tenía mucha historia ya, con uno menos y un jugador como portero. Así, el Barcelona continuó por el partido plácidamente hasta su pitido final. Un pitido que vuelve a colocar, aunque sólo provisionalmente, al equipo como líder de la tabla. Ahora le toca a Atlético recuperar su puesto.