Brillantes y desconocidos

Se llama Tateh Lehbib y nos escucha nada menos que desde Auserd, uno de los campamentos de refugiados de Tinduf.

Se llama Tateh Lehbib y nos escucha nada menos que desde Auserd, uno de los campamentos de refugiados de Tinduf.

Nuestra brillante y desconocida de hoy es una mujer pionera, que ha roto moldes. Y además lo ha hecho en una época en la que las mujeres estaban relegadas a un segundo plano. Amelia del Castillo es la mujer que cambió la historia del fútbol.

Nuestra brillante y desconocida de hoy es una mujer pionera, que ha roto moldes. Y además lo ha hecho en una época en la que las mujeres estaban relegadas a un segundo plano. Amelia del Castillo es la mujer que cambió la historia del fútbol.

Hoy Eva García no nos trae a uno, sino a dos brillantes desconocidos. Dos prodigios de la música. Dos personas frente a un mismo piano, tocando a la vez y sintiendo a la vez. La partitura de sus vidas comenzó a escribirse en 1984. No se buscaban, simplemente se encontraron. Fue en el Conservatorio de Gerona. Él tenía 14 años y ella, 19… Pero rápidamente quedó admirada por la destreza de aquel joven que tocaba un vals de Chopin. El trabajo de Cupido llegaría más tarde. En 1987 empezaron a tocar juntos, alcanzando un grado de compenetración sobre el escenario, capaz de transportar al público a otra dimensión. París, Milán, Londres, Belgrado, Tokio, Kuala Lumpur, San Petersburgo… han actuado en las principales capitales del mundo y en las salas más prestigiosas, llegando a tocar en el Carnegie Hall de Nueva York, la meca de los sueños de cualquier artista. Dice la crítica especializada de Nueva York que son “los reyes indiscutibles de las cuatro manos”. Ellos son Carles Lama y Sofía Cabruja.

Dicen los que la conocen que es una mujer luchadora y peleona hasta el final. Estudió derecho por vocación. Entró en las aulas universitarias en plena época franquista y tuvo como compañeras de pupitre a alumnas tan aventajadas como Paquita Sauquillo, Cristina Almeida o Manuela Carmena. Una vez licenciada, jugó un papel clave en la defensa de los derechos de los trabajadores. Sin ella no se entiende el periodismo de investigación en España. Esta garante de la libertad de expresión ha celebrado esta semana su 50 aniversario en el mundo de la jurisprudencia. Sus defendidos no son pocos y sus victorias tampoco. Hoy presentamos en Brillantes y desconocidos a La Jurisperita, como la apodó en su día Raúl del Pozo y como la conocen sus compañeros, aunque su nombre real es Cristina Peña.

Dicen los que la conocen que es una mujer luchadora y peleona hasta el final. Estudió derecho por vocación. Entró en las aulas universitarias en plena época franquista y tuvo como compañeras de pupitre a alumnas tan aventajadas como Paquita Sauquillo, Cristina Almeida o Manuela Carmena. Una vez licenciada, jugó un papel clave en la defensa de los derechos de los trabajadores. Sin ella no se entiende el periodismo de investigación en España. Esta garante de la libertad de expresión ha celebrado esta semana su 50 aniversario en el mundo de la jurisprudencia. Sus defendidos no son pocos y sus victorias tampoco. Hoy presentamos en Brillantes y desconocidos a La Jurisperita, como la apodó en su día Raúl del Pozo y como la conocen sus compañeros, aunque su nombre real es Cristina Peña.

Hoy descubrimos a una mujer que marcó un antes y un después en el mundo del periodismo. Su nombre pasará a la historia por ser la primera fotoperiodista de España. Sus comienzos no fueron fáciles. Nadó a contracorriente en un oficio dominado por hombres y en una España en la que ver a una mujer en un campo de fútbol con una cámara al hombre era motivo de abucheos e insultos. Pero ella superó los prejuicios de la época. Se convirtió en la única mujer fotógrafo del mítico diario Pueblo y compartió redacción con pesos pesados como Jesús Hermida, Tico Medina o Raúl del Pozo. Retrató aquella España gris y triste del franquismo y la amenazaron de muerte por fotografiar lo que no debía. Logró subirse al avión de los Beatles y se coló en la suite de la legendaria banda británica. Durante 3 horas, los de Liverpool cayeron rendidos a sus pies. Y ella consiguió la exclusiva mundial. Hasta Clint Easwood le robó un beso y Tom Jones le tiró los tejos. Cuando nadie lo esperaba, abandonó la profesión desencantada. Hoy esta leyenda viva de la fotografía tiene 83 años y se llama Joana Biarnés.

Hoy descubrimos a una mujer que marcó un antes y un después en el mundo del periodismo. Su nombre pasará a la historia por ser la primera fotoperiodista de España. Sus comienzos no fueron fáciles. Nadó a contracorriente en un oficio dominado por hombres y en una España en la que ver a una mujer en un campo de fútbol con una cámara al hombre era motivo de abucheos e insultos. Pero ella superó los prejuicios de la época. Se convirtió en la única mujer fotógrafo del mítico diario Pueblo y compartió redacción con pesos pesados como Jesús Hermida, Tico Medina o Raúl del Pozo. Retrató aquella España gris y triste del franquismo y la amenazaron de muerte por fotografiar lo que no debía. Logró subirse al avión de los Beatles y se coló en la suite de la legendaria banda británica. Durante 3 horas, los de Liverpool cayeron rendidos a sus pies. Y ella consiguió la exclusiva mundial. Hasta Clint Easwood le robó un beso y Tom Jones le tiró los tejos. Cuando nadie lo esperaba, abandonó la profesión desencantada. Hoy esta leyenda viva de la fotografía tiene 83 años y se llama Joana Biarnés.

De pequeño ya soñaba con volar. Se levantaba por la mañana habiendo tenido sueños de que tenía una capa y era Superman o que era Peter Pan y podía volar. Aquellos sueños de infancia, se hicieron realidad. A los 12 años voló por primera vez, y a los 16 empezó a competir. Hoy con 36 años ha surcado los cielos de más de 50 países, ha sido seis veces Campeón del Mundo de Parapente Acrobático y dos veces Medalla de Oro en los Juegos Aéreos Mundiales… Suyo es el record mundial, de loopings consecutivos en parapente, conseguido en 2012. Su vida se ha convertido en una lucha constante por batir records y afrontar desafíos. Ha logrado lo que nadie ha conseguido antes… Volar en parapente en una aurora boreal, sacar sus alas y lanzarse al aire junto a una bandada de miles de pájaros o pasar la noche en el cráter de un volcán activo. Todos escenarios impresionantes a ojos del hombre. Este mochilero extremo del viento se llama Horacio Llorens.