fin de fiesta

"Llego con la fuerza de quien se sobra y se basta sola, de una faraona que renuncia a los dolores para ser solamente Lola", asegura Mónica Carrillo en Más de uno. "Aunque me enseñen los dientes, aunque las aguas bravas me dejen sin sal, despleguemos velas, elevemos anclas, mojémonos, metamos los pies en la arena", reflexiona.

Mónica Carrillo se pregunta en Más de uno qué pasaría si quisiéramos ser diferentes y no repetir lo que hicimos. Cree que "si nos atreviéramos a algo distinto, quizá encontraríamos lo sorprendente, lo que siempre habíamos querido".

Mónica Carrillo habla en Más de uno de los miedos y de lo que nos cuesta deshacernos de ellos. "Nos gusta construir castillos en el aire", afirma. Pero "hay veces que hay que saltar y lanzarse digan lo que digan", asegura.

Mónica Carrillo reflexiona en Más de uno sobre aprovechar la vida y sobre la infancia. Dice que "jugar es la primera regla, lo que da sentido a todo, es exprimir a fondo el alma". Como reflexión a la vida, destaca: "Nunca perdamos el hambre, nunca es tarde para ser pequeño, porque ser pequeño, es ser grande".

Mónica Carrillo reflexiona sobre el paso del tiempo, el invierno, la primavera y el rápido paso de la vida. "¿Por qué no pasaremos página?" "¿Por qué nos empeñaremos en revivir lo vivido?".

Mónica Carrillo reflexiona en Más de uno sobre la duda de si somos libres, porque "hay gente que vive amarrada a su día a día", afirma. Es "la duda de ayer, la de hoy, la de todos los días, la que se nos ha presentado". Veamos si ella nos saca de dudas.

Mónica Carrillo reflexiona sobre la razón. Se pregunta por qué tenemos esa necesidad de que nos adulen, que nos den la razón aunque no la tengamos y que nos digan lo bien que lo hemos hecho.

Mónica Carrillo reflexiona en su fin de fiesta en Más de uno sobre el silencio y lo necesario que es a veces. "El silencio deja puertas y ventanas abiertas".

Mónica Carrillo llega al viernes filosófica, preguntándose por qué nos empeñamos en tropezar con la misma piedra una y otra vez y por qué nos atrae tanto la idea de que algo cambiará a fuerza de intentarlo. "Ahí está la pared, cuando nos entregamos a Cupido, pero nuestro amado está atrapado en otros brazos que no son los nuestros", dice.

Mónica Carrillo agradece a todas esas lunas que iluminan nuestras vidas, que nos hacen parar y reflexionar, y siempre sin pedir nada a cambio.