Supercampeón de España

Mourinho puede estar tranquilo, El perfil psicologico de su equipo o como quiera definirlo el de Setubal es claro: ganador. El perfil del Real Madrid es ganador, demoledor... El del Barça es igual de ganador pero más plástico. Digan lo que digan los que saben de fútbol sólo hay una verdad clara y es que los dos colosos españoles son los dos mejores equipos del mundo.

Esta vez prevaleció el equipo de Mourinho con justicia, pese al golazo de Messi que puso cierta intranquilidad tras una primera parte dominada de principio a fin por el Real Madrid. Si en el Camp Nou se vio lo mejor del equipo azulgrana, en el Santiago Bernabéu se pudo contemplar todas las virtudes del campeón de Liga.

Cristiano Ronaldo, Di María y Marcelo, bendita sanción a Coentrao, afilaron el campo. Xabi Alonso y Özil ejercieron una catedra en el gobierno y el tiempo del partido. E Higuaín hizo lo que debn hacer los delanteros centros, es decir, abrir la lata.

El tanto del argentino se veía venir. Valdés sacó un balón por abajo antes de que 'Pipita' aprovechara un error garrafal de Mashcerano para batir por abajo al de Hospitalet. A partir de ahí el equipo de Mourinho fue una tempestad, un ciclón descontrolado como la temporada pasada.
Sin tiempo para digerir el primer gol, Cristiano Ronaldo retó en carrera a Piqué y cuando parecía que perdía el balón sacó la espuela para dejar clavado al central y plantarse en el área de Valdés. Zapatazo por abajo y el Bernabéu patas arriba.

Si las noticias para el Barcelona eran malas aún iban a empeorar. En plena avalancha blanca Adriano derribó a Ronaldo cuando se iba a toda velocidad a por Valdés. Mateu Lahoz no lo dudo. Tarjeta roja y a vestuarios.

El Madrid se dio un  respiro, esperando el descanso. Higuaín pudo matar el partido en otro mano a mano con Valdés pero el de Hospitalet estaba decidido en hacer olvidar su error ante Di María en el Camp Nou. 

En esas estaba el partido cuando casi sin querer, al borde del descanso Messi se dispuso a sacar una falta en la frontal. Xavi amagó el lanzamiento y el argentino se sacó un disparo con rosca, violento. Golazo y jarro de agua fría en el Bernabéu.

La segunda parte fue como una partida de ajedrez. El Real Madrid gobernó el partido ante su público, con uno más sosbre el campo mientras que de los Vilanova tocaban sin prisa, como si no necesitaran remontar.

El Madrid cayó en la trampa y se dejó querer, sin la persión axfisiante del primer acto. En ese escenraio el Barcelona es el mejor. Toca y toca hasta que encuentra el pase, el camino hacia el gol. Pedro avisó en dos ocasiones ante Casillas, esplendido en la primera del canario.
Las ocasiones llegaban a cuanta gotas. Khedira se disfrazó de media punta para zafarse de tres jugadores y probar los reflejos de un inmenos Valdés. Acto seguido Jordi Alba