El equipo de Gaizka Garitano, que tan sólo ha perdido un partido desde su llegada, tuvo que remar contracorriente desde bien pronto -sometido por su rival- pero fue capaz de conectar a tiempo para arañar el empate y seguir más cerca de Europa que del descenso, lo cual ya es un premio tal y como había empezado la temporada.
Igual le ocurre a un Espanyol que suma seis jornadas sin perder -dos victorias y cuatro empates- y todas ellas desde que llegó al club el chino Wu Lei, el arquitecto del 0-1 en San Mamés. Este viernes sin su 'hombre gol' Borja Iglesias, fue el turno de Ferreyra.
Granero, que está firmando una temporada sensacional -más maduro y selectivo- centró de manera exquisita al corazón del área y el delantero asiático asistió a Ferreyra para que éste fusilara a Iago Herrerín. Con el gol se desató el equipo de Rubi con buen juego y combinaciones.
A partir de ahí, Íñigo Martínez lo intentó en el segundo palo y Susaeta fusiló a Diego López, pero no llegó el gol de los leones. De hecho, según comenzó la segunda mitad, las mejores ocasiones fueron para los catalanes. Facundo Ferreyra desperdició al pisar por segunda vez el área rival. Una muestra más de que "quien perdona en el fútbol, lo paga".
A diez minutos del final, un centro sensacional de Ibai, que puso el exterior de su bota, llegó a la cabeza de Raúl García, quien no dudó en llevarla al fondo de la portería. El navarro, además, pudo incluso haber firmado el segundo en un otro cabezazo al borde del área. De esta forma, empate agridulce para ambos, sobre todo porque apenas cambian su posición en la clasificación.