El Atlético de Madrid, eliminado de la Champions League tras perder con el Leipzig
El Atlético de Madrid cae eliminado de la Champions League tras perder con el Leipzig por 2-1. Los alemanes fueron mejores, sorprendieron con su juego a los de Simeone, que fueron a remolque todo el partido. Joao Félix logró el empate de penalti, y cuando mejor parecía que estaban, llegó la sentencia de Adams.
El Atlético de Madrid ya ha demostrado que puede haber otra oportunidad en esta competición. Pero lo cierto es que esta oportunidad parecía irrepetible, única, que difícilmente podría volver a repetirse. Los rojiblancos estaban a tres partidos de levantar la orejona, pero el camino no iba a ser fácil, aunque pudiera parecerlo. 5 meses han pasado desde que los de Simeone eliminaron de manera épica al Liverpool, quizá ese partido hizo cambiar el chip al equipo, y la vuelta del parón, nos devolvió al Atlético que nunca deja de creer, y esta noche era para creer.
Y ese primer obstáculo era el Leipzig, una de las revelaciones de la temporada, un equipo alemán que domina muchos registros, y que juega con un factor, el sorpresa. Y así llegaba al partido, de tapado, sabiendo que delante iban a encontrarse un equipo muy difícil, pero que tenía la etiqueta que tan poco le gusta a Simeone, la de favorito. Con esa etiqueta los rojiblancos encaraban el partido, sabiendo que no podían permitirse fallar. Se notaba la tensión de la importancia del partido, pero la confianza de un equipo que tiene hambre, hambre de victoria, hambre de título, hambre de Champions... pero en un partido del Atlético, todo puede pasar.
Pero esa confianza no se vio desde el principio. Los de Simeone entraron al campo a esperar, ordenado, sin descolocarse, y los alemanes aceptaron la invitación y decidieron tomar el mando del partido, y no tardó en mostrar qué es este equipo. A los cuatro minutos ya habían llegado a la inmediación del área de Oblak, habían forzado un córner, y gozaron de una ooportunidad, clara, una volea desde la frontal del área pequeña, de un balón que caía del cielo, que se fue a las nubes.
El Atlético quiso reaccionar, y a los nueve minutos Savic remató de cabeza una falta que paró el portero. No ayudó que el remate fuera muy alejado, pero dio el primer aviso. Después fue Carrasco desde la frontal del área izquierda el que probó de primeras tras una internada de Lodi, pero el balón se fue a córner. El Atleti parecía despertar, las ocasiones llegaban, pero los alemanes seguían con la iniciativa. Ambos querían llevar el partido a su terreno, y los alemanes estaban más cerca de lograrlo. Los de Simeone no parecían estar cómodos en el campo, las transiciones no eran buenas y los balones no llegaban a los jugadores de ataque.
Los minutos transcurrían y las ocasiones no llegaban. El partido se convirtió en una batalla mental, cada uno con sus armas, mucho esfuerzo, mucha solidaridad, pero, cada equipo queriendo imponer su personalidad. Los de Simeone no le quitaron el balón a los alemanes, pero si el peligro que estaban generando en los primeros veinte minutos. Se empezaba a parecer a uno de esos partidos de los rojiblancos en el que desgastan y desganan a su rival a base de defensa, para clavarles el puñal a la contra, pero lo cierto era que cogían el pulso al partido, como si no esperaran que el Leipzig les pudiera generar las dificultades que estaban teniendo.
Los alemanes se crecían con su fútbol, y no había soluciones por parte de los rojiblancos. Upamecano dio el susto con un cabezazo a saque de esquina, pero su remate se fue al centro, fácil para Oblak. Cono esta estampa llegó el descanso.
La segunda parte no cambió mucho el guión de la primera parte, los alemanes tenían la iniciativa y acecharon el área desde que comenzó la segunda parte. Y a los 4 minutos llegó lo que nadie quería ver. Jugada por la derecha de los alemanes, centro al área y gol de Dani Olmo de cabeza. Remató solo, desde la frontal del área pequeña, al palo largo... nada pudo hacer Onlak.
El Atlético buscó reaccionar, salió Joao Félix como primera baza de Simeone para darle la vuelta al partido, pero los alemanes, lejos de meterse atrás, parecían sentirse cómodos y querían cerrar la eliminatoria. Sus llegadas encogían el corazón de los rojiblancos, que veían como se les estaba escapando una ocasión, casi única, en esta Liga de Campeones.
Cuando peor pintaba todo, cuando parecía que los alemanes podían sentenciar llegó la clase de uno de esos jugadores llamados a ser estrellas. Joao Félix era el único que se lo creía desde que salio, y en una jugada individual, se plantó en el área y fue derrivado cuando se cantaba el gol... penalti. Él mismo se encargó de tirar. Le pegó fuerte, a la derecha del portero, que adivinó, pero iba muy bien pegado, y marcó el gol que debía darle alas al equipo.
Y eso buscó el Atlético. Quedaban diez minutos para los 90 y cogió las riendas del partido, en busca de la victoria para evitar la prórroga. Los alemanes por su parte, no le perdieron la cara al partido. Seguían proponiendo el fútbol que les ha llevado hasta aquí, pero el gol fue un jarro de agua fría.
Pero el Atlético es capaz de lo mejor y de lo peor, y esta vez tocó lo peor. Quizá cuando menos lo merecía, quizá el gol de Joao Félix tampoco lo merecían, pero ahora buscaban la victoria. Llegó la jugada del Leipzig por la banda izquierda. La pelota cayó en las botas de Adams en la frontal, le pegó... no parecía que fuera un tiro peligroso, pero tocó el Lodi... y se acabó.
Ya no hubo reacción, ya no dio tiempo. El Atlético de Madrid perdió el día que menos se esperaba, cuando parecía todo de cara para hacer algo grande este año, una oportunidad única, que no supieron aprovechar. Quizá la última, o no.