Al oírlo la primera vez pensé que era una de esas noticias del MundoToday que nos arrancan sonrisas. Al oírlo la segunda me estremecí al comprobar que la miseria humana no hace distingos: sacerdotes consagrados haciendo modernidades como youtubers y pidiendo con estilo "piadoso" que Dios Todopoderoso llame al Papa a su seno.
Gabriel Calvo, Charles Murr y Francisco Delgado. "Rezo mucho para que suba al cielo" dice un asotanado. "Hay que rezar más", le responde otro. "Bueno, es algo que se puede pedir para cualquiera", termina el moderador diciendo con sonrisilla maliciosa. El hecho en sí es vomitivo, todos de acuerdo, pero luego la justificación de los pecadores hablando de malinterpretación aviesa por parte de los medios es cagona, poco valiente.
Estamos rodeados de integrantes de la Iglesia Católica maravillosos, abnegados, caritativos, y son estos los que han de barrer su casa. Y lo harán, para que no se manche su labor. Mientras yo ya tengo una respuesta más a una pregunta que me hago desde hace años: ¿Seguirá el Papa Francisco sin ganas de venir a España?