LA FIRMA DE VALLÉS

Vicente Vallés: "Hasta ahora, una dimisión era algo que decidía uno mismo. A partir de ahora te dimiten"

En la España de 2018 apenas se gobierna. Quien debería hacerlo no puede, porque el parlamento ha dejado de ser el lugar en el que se hacen las leyes para convertirse en una kermese.

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Madrid |

Y, como alternativa, nos hemos instalado en los simbolismos. La cuestión es hacer ruido, ya que no somos capaces de hacer otra cosa. El nuevo presidente de la Generalitat sí podría gobernar, porque cuenta con los diputados suficientes.

Pero no quiere, porque no sabe y porque tampoco le dejaría su ventrílocuo Puigdemont. Por eso nombra consejeros a prófugos y a presidiarios. Pablo Iglesias es otro político que se alimenta de la simbología ruidosa. La pintoresca peripecia de su lujoso chalet en la sierra ha acabado con lo poco que pudiera quedar de esa mística proletaria de barrio obrero que le convirtió en un líder tan principal.

Ahora quiere que sean las bases de Podemos las que digan si tiene que dimitir. Esta es una nueva aportación a la ciencia política que él enseñaba en la universidad. Hasta ahora, una dimisión era algo que decidía uno mismo. A partir de ahora te dimiten. Como decían en las viejas asambleas comunistas: camarada, te voy a hacer la autocrítica. O, en plan moderno: camarada, te voy a dimitir.