Madrid | (Publicado 19.07.2019 07:14 )
Donde las dan las toman. Pero hay que ampliar la mirada. En julio de 2019 los quebrantos de la investidura y el agravamiento del bloqueo son otros. Es la segunda vez que el candidato más votado en las urnas se enfrenta a un panorama no bipartidista, agravado por la presencia de Vox, y no se sabe gestionar el pluripartidismo.
No se sabe y hay mala suerte con los interlocutores: Podemos, por sus aspiraciones personales incompatibles con Sánchez; Ciudadanos, que podría dar la mayoría absoluta, está en arrebatar al PP la primacía de la derecha; Vox, que tendría que haber un cataclismo para que le diese agua a un socialista, y los independentistas, que por lo que piden, se puede hablar con ellos, pero no sellar un pacto.
El panorama es endemoniado. Tan endemoniado, que arrancar un sí que no sea socialista para el candidato Sánchez parece ahora mismo una misión imposible. De ahí que la aspiración un poco cómica, pero la más realista, sea la que este cronista viene diciendo: una abstención general y que Sánchez se apoye en los suyos, con destino a una incierta geometría variable. Ya sabemos que todo puede cambiar en tres días o en tres minutos. Pero eso y a esta hora es lo que hay.