Madrid | (Publicado 10.05.2019 07:19 )
Porque si casi la mitad de la población todavía no sabe a quién votar, la encuesta puede ser magnífica, pero sus datos solo reflejan lo que piensa la otra mitad. Las expectativas, por tanto, están muy abiertas, aunque veo que la prensa trata esta encuesta como si fuese el resultado real de las elecciones.
Ahora bien: a falta de otros sondeos privados, esto es lo que hay. Y lo que hay es un mapa de España otra vez teñido de rojo, una izquierda que ampliaría dominio en la España local y regional, y por si faltara algo, un PSOE triunfador en las europeas. Por tanto, un PSOE eufórico y un Sánchez que requiere un esclavo que le vaya diciendo "recuerda que eres humano".
En la acera de enfrente, la única alegría del Partido Popular es que no lo supera Ciudadanos, que crece algo, pero no le alcanza. Pero, si las urnas confirmasen el barómetro, Pablo Casado tendría un problema. La pérdida de poder territorial de su partido sería más que deprimente.
Se le exigirían responsabilidades por los cambios de candidatos. De momento, el PP se enfrenta al efecto encuesta como su principal enemigo. Si el CIS, con imagen de acertante fortalecida, dice que es el perdedor, eso deprime y le hace perder más votos todavía. Pero estamos en el primer día de campaña. Lo que hace la encuesta es ponerle un poco de más emoción.