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Fernando Ónega: "Si el tono parlamentario de estos días se traslada a la calle, peligra la convivencia"

Lo primero que debe hacer el presidente, ya investido, es contemplar el panorama político que deja su investidura. Es un panorama de bloque contra bloque, donde la palabra odio ha sido muy visible en discursos y gestos. Las palabras tolerancia y concordia han sido las grandes ausentes en el país que fue más tolerante durante cuatro décadas.

ondacero.es

Madrid |

Tal como se expresaron el mismo Sánchez, sus aliados y las derechas, se enterró el diálogo entre diferentes, que queda limitado al entendimiento entre afines. Eso anticipa una legislatura, larga o corta, de falta de acuerdos y de imposición de una España sobre la otra, con riesgo de oposición y gobierno agreste en el Parlamento, en la calle e incluso en los medios informativos. Por lo tanto, las grandes decisiones y las grandes leyes, las que afectan a asuntos de Estado y requieren mayoría cualificada, resultarán imposibles.

Por lo tanto, la prioridad es evidente: tratar de evitar que la confrontación y el rencor visto en la investidura sea la característica de los próximos tiempos y vuelva a ser paralizante. Yo lo primero que haría sería tender puentes a la derecha, llamar discretamente a Casado, hacer lo posible para tener una oposición leal, y evitar que los rencores se trasladen a la calle. Porque si el tono parlamentario de estos días se traslada a la calle, peligra la convivencia. Y lo digo con cierta solemnidad: si algo demuestra la historia es que media España no puede gobernar contra la otra mitad.