Madrid |
De hecho, es la institución más perjudicada en el estrés al que se vio sometido todo el entramado institucional. Al terminar su informe, sufrió una nueva humillación, porque todos los indicios apuntan a que su contenido fue filtrado y quizá entregado físicamente a los negociadores de Esquerra. Y algo que suena mucho peor: fue filtrado o entregado a un condenado por la Justicia y encarcelado, que es el señor Junqueras.
Que se haya hecho para acelerar el pacto no disculpa nada, porque no hay nada tan urgente que justifique esa filtración, cuando la espera podía ser solo de dos o tres días: una nimiedad cuando llevamos tanto tiempo con un gobierno en funciones.
La Abogacía como tal no quiso salir a la escena pública a expresar su protesta, pero lo hizo a través de la Asociación de Abogados del Estado con esa argumentación de que se trabaja exclusivamente con criterios técnicos y jurídicos. Trata de cubrirse las espaldas. Mejor dicho: los hechos le obligan a cubrirse las espaldas ante la evidencia creciente de que la Abogacía, como tanto se dijo en este programa, es tratada como órgano del Gobierno y no del Estado. Culpable, por tanto, el gobierno, que ha utilizado el informe de acuerdo con su interés. Político y temporal.