Madrid | (Publicado 23.05.2019 07:19 )
Si Podemos se opone y el PSOE quiere, tendríamos el primer conflicto entre dos aliados para formar gobierno. Y algo peor para los socialistas: aparecerían alineados con Ciudadanos y Podemos, lo cual tiene mala venta, sobre todo en Cataluña y en vísperas de elecciones. En esas circunstancias, consultar o echar la pelota al Supremo es una salida de emergencia, pero de salvación del PSOE y de Batet. Si los jueces dicen que es obligada la suspensión, Roma locuta, causa finita. Batet tiene la legitimidad y la bendición del poder judicial para proceder. Lo que más me preocupa es la literatura que empezó a surgir en torno a todo esto. El autor de más éxito es Joaquim Torra, que dictó esta sentencia: “fueron elegidos por el pueblo catalán y solo faltaría que fuesen suspendidos”. Es decir, la democracia está por encima de la ley, como dijo aquí el presidente catalán en sonada entrevista de Alsina. La teoría se extendió, y ya la suscriben Pablo Iglesias y algunos jueces progresistas. Y este cronista dice: si el episodio vale para pasarse por el forro lo que dice la Ley de Enjuiciamiento Criminal, otro golpe a la legalidad. Y si los que se la pasan por el forro son dirigentes políticos, gobernantes y algunos jueces, diagnóstico de máxima gravedad.