OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Hoy Sánchez paga el precio de rehabilitar a Torra, por exigencia de ERC"

A una semana de la Nochebuena. Y con el país a medio hacer.

Carlos Alsina

Madrid | 17.12.2019 08:12

La vida política española hace tiempo que es imprevisible porque es imprevisible su principal protagonista, que es el jefe de gobierno. Cuando el único motor de tu carrera, y tu único criterio constante, es qué te interesa a ti en cada momento, todo lo demás es de goma.

Cómo será la vida pública de España que la principal noticia política que nos depara el día que comienza es una llamada de teléfono. La llamada. En homenaje a los javis.

No es sólo raro raro raro que una llamada de teléfono sea un acontecimiento político. Es aún más raro que lo sea porque los dos que van a hablarse hoy, Sánchez y Torra, lleven sin hacerlo varios meses. Y aún más raro todavía si ahora les recuerdo que hace justo un año vivieron ambos lo más parecido a un idilio. Cuando el gobierno decidió que era crucial para destensar la situación en Cataluña celebrar un consejo de ministros en Barcelona. Torra dijo: si viene usted, se verá conmigo, supongo. Y Carmen Calvo decía: a ver, no se vaya a pensar que esto como una cumbre de gobiernos de dos países. Y Torra: justo es eso claro que sí, sus ministros y los míos. Y el gobierno: que no, que no. Y al final, ya sabe usted: Pedralbes. Con los dos gobiernos, los dos presidentes (de igual a igual, decía Torra), la botella de ratafía y el comunicado aquel que hablaba del marco jurídico para no decir Constitución.

Un año hace de aquella cita tan grata para ambos.Torra le entregó a Sánchez el papel aquel de los 21 puntosque, según dijo el presidente en este mismo programa, le fue devuelto de inmediato.

Hoy el presidente en funciones paga el precio de rehabilitar a Torra. Por exigencia de Esquerra Republicana. Y sin que Torra haya hecho ninguna de estas dos cosas que Sánchez le exigía hace… no un año, sino un mes y medio.

Primero tenía que llamar a Iceta, al PP, a Ciudadanos. Y segundo, tenía que asumir que el conflicto político no era de Cataluña con España.

En la hemeroteca Sánchez nunca decepciona. Hoy se comerá lo que dijo, levantará el teléfono y charlará, qué remedio, con Joaquim Torra. ¿Que cómo ves la investidura, Quim? Y el otro se relamerá y le recordará lo que ya le decía en octubre.

Que ponga ya la mesa para negociar la autodeterminación de Cataluña. Ésta es la diferencia. Sánchez se ha tenido que comer todo lo que dijo (la ensalada de sapos) mientras que Torra sigue diciendo lo mismo que siempre dijo. Ejercicio de agudeza visual: ¿quién ha cedido aquí? Sólo uno.

Solventadas sin mayor interés por parte del convocante las reuniones con Casado y con Arrimadas, Sánchez ya ha enviado a los suyos a predicar que son otros los que le echan en brazos de Esquerra Republicana. Aquí, Carmen Calvo esforzándose en la tarea.

La vicepresidenta ha debido de vivir en un país diferente al nuestro. Las elecciones de abril las convocó Sánchez porque naufragaron sus Presupuestos del Estado al naufragar la mayoría que le había dado el gobierno en la moción de censura. Y las elecciones de noviembre las convocó el Rey porque Sánchez no consiguió ser investido en julio. No lo consiguió porque se puso estrecho con Podemos y le negó la vicepresidencia a Pablo Iglesias y el ministerio de Trabajo, dos cosas que ahora sí le ha concedido. En julio habría tenido Sánchez el apoyo de Podemos y la abstención gratis de Esquerra. No fueron las derechas quienes convocaron las elecciones, salvo en el país imaginario de Carmen Calvo.

Veamos cuál es el planteamiento real del PSOE a partir de lo que explica cada día su número dos –-voz autorizadísima--, Adriana Lastra.

Sánchez quiere que se abstenga todo el mundo. Quiere la abstención del PP, quiere la abstención de Ciudadanos, quiere la abstención de Esquerra. ¿Qué ha hecho para conseguir la abstención del PP? Lo explicó ayer con detalle Lastra.

Lo que ha hecho Sánchez para conseguir la abstención del PP es decirle a Casado: abstente. Punto. ¿Qué ha hecho para conseguir el voto de Ciudadanos?

Decirle a Arrimadas: vota sí. Punto.

¿Qué ha hecho para conseguir la abstención de Esquerra? Decirle a Rufián: abstente, punto. ¡No! Para conseguir la abstención de Esquerra se han reunido ya cuatro veces los dos partidos, han emitido tres comunicados, ha comprado lo del conflicto político, ha aceptado rehabilitar a Torra, ha dejado de decir nada negativo sobre el proyecto independentista, se ha olvidado de los CDR, de los detenidos de Sabadell, y no deja de elogiar lo muy histórica y muy progresista que es Esquerra Republicana de Cataluña.

Si Sánchez tratara a Esquerra como al PP o a Ciudadanos le diría a Junqueras: 'si no quieres que la derecha sea decisiva, abstente gratis'. Ah, pero es que el PP y Ciudadanos, a diferencia de Esquerra Republicana, no tienen un presidente condenado por sedición ni impulsan cada semana resoluciones en el Parlamento catalán para reprobar al Rey, cargar contra el Estado español y exigir la expulsión de la policía.

La vara de medir es distinta. Bien lo sabe Lastra. Al PP y Ciudadanos, 'se abstengan, coño'. A los otros, ¿qué más podemos hacer por vosotros, amigos míos? ¿Mesa de negociación? Sea. ¿Llamadita a Torra? Sea. ¿Otro Pedralbes? Sea. ¿Ni media crítica al proyecto independentista? Sea, sea y sea.

Sánchez está en su derecho a elegir socios. Pero al menos podría admitir que eso es lo que ha hecho: escoger, de entre las parejas de baile posibles, las que él cree que ahora le interesan.

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