opinión

Monólogo de Alsina: "Sánchez I, el presidente que primero se retrató y después se retractó"

Sánchez I, el Estado soy yo. El presidente que primero se retrató… y después, se retractó.

Carlos Alsina

Madrid |

Primero se retrata y luego se retracta. Sánchez reculando después de pavonearse de que la fiscalía dependa de él y apropiándose de las iniciativas del juez Llarena. La columpiada del presidente, en la campaña electoral que él creyó que sería un paseo militar, le obligó a buscar ayer con urgencia una ventana a la que asomarse para hacer control de daños. Y para reconocer que fue un bocas cuando prometió en el debate del lunes que a Puigdemont nos lo trae él para que lo juzguemos aquí, pues menudo es Sánchez.

Sí que ha encanijado la promesa. Del 'yo traigo al de Waterloo' al 'yo ayudo a que estos señores vuelvan'.

Muy por volver no están. Ni Puigdemont ni su miniyo, el escudero Comín que lleva dos años ocioso en el sofá de la mansión. Ayer celebró que el juez belga que lleva el asunto de la euroorden (y que debe de ser el juez más lento de todo el continente) le haya dejado volverse al sofá sin más obligación que la de no largarse de Bélgica. Podrá seguir sesteando hasta que el juez resuelva si lo entrega a España.

A Comín, por cierto, le preguntaron los periodistas ayer qué le parece lo de los CDR éstos de Sabadell que aspiraban a tomar el Parlamento catalán para encerrarse dentro. Y respondió dos cosas: que los atestados policiales son un cuento y que en realidad no conoce lo que dicen los atestados policiales.

El sumario no lo conoce, pero los informes de la guardia civil que constan en el sumario, sí y le parecen de broma. En realidad lo que ya hemos podido ver todos es lo que declaran los detenidos en el juzgado. Lo que cuenta el tal Ferrán Jolis y lo que cuenta Jordi Ros, que admite que las sustancias con las que experimentaba son explosivas. Pero ha aparecido el abogado para aportar esta explicación de por qué su defendido dice esas cosas: que lo han drogado.

El tribunal que le toque juzgar esta causa valorará si hay pruebas, o no, para condenar a estos individuos por terrorrismo. De momento sigue adelante otra parte de la investigación (sobre quién dirige a los CDR y al tsunami democrátic) y sigue sin abrir el pico Joaquim Torra. Ayer encargó a sus subordinados que emitieran una nota para decir que no tiene relación alguna con los detenidos y, por supuesto, para sembrar la sospecha sobre la validez de sus declaraciones. 'Que se aclare en qué condiciones se han producido', dice. Pues en las condiciones que se ven en el vídeo.

De la campaña electoral ésta tan mediocre, y tan repetitiva, con que nos han obsequiado los mismos dirigentes políticos que han provocado la repetición de las elecciones apenas se recordará, en el futuro, la entrevista de Sánchez en RNE y su columpiada. De lo demás, nada.

Es posible que Sánchez no olvide (pero sólo él) que el antiguo compadre que aspira a gobernar España con él, Iglesias, lo parodió burlándose de su tono de voz y su forma de decir las cosas. Aquí el Pablo imitador en plena función.

Pablo entertainer. Si vuelve a fracasar como estratega político siempre puede dedicarse a la comedia porque aptitudes tiene.

Dudo que se acuerde nadie, de aquí a unas pocas semanas y terminada la campaña, de la moción ésta que aprobaron ayer los tres partidos del centro y la derecha en el Parlamento de Madrid porque el tufo electorero de la cosa es tan burdo que su fecha de caducidad es inminente.

Una proposición que insta al gobierno a que promueva la ilegalización de no se sabe quién, porque no se menciona a ningún partido concreto. 'Los partidos que atenten contra la unidad de España', dice. Oiga, qué menos que ponerles nombre. Vox quiere colgarse la medalla de ser más fogoso que nadie contra los partidos independentistas y arrastra al PP y a Ciudadanos en su operación de propaganda.

Si el PP, o Vox, o Ciudadanos consideran que Esquerra, o Junts per Cataluña, o el PNV incurren en los supuestos de ilegalización que recoge la ley de partidos, a qué están esperando para acudir ellos a denunciarlos ante la fiscalía. No se escuden la señora Ayuso, el señor Aguado, la plana mayor del partido d Abascal, detrás del gobierno. Denuncien ustedes y pidan ustedes que actúe la fiscalía. No lo hacen porque no aspiran a que se ilegalice a nadie. Aspiran a utilizar la Asamblea de Madrid para dar mítines.

En La Sexta hubo debate anoche entre los cinco partidos con más expectativa de voto.

Y en la televisión vasca la noche anterior lo que hubo fue Patxi empanada. La empanada de Patxi López al recordar lo que pasó con el Estatuto catalán de 2006.

El PP no recogió firmas para recurrir el Estatut. No necesitaba más firmas para recurrirlo que las de sus diputados. El PP recogió firmas para instar a Zapatero a que convocara un referéndum en todo el país. Alfonso Guerra nunca presumió de haberse cepillado el Estatut, sino de haberle pasado el cepillo, es decir, eliminado las impurezas inconstitucionales (el desconocimiento general sobre la jerga de los carpinteros es inquietante). Y el Tribunal Constitucional no tumbó el Estatut. Al revés, lo bendijo en un 95 %. Corrigió la parte dedicada al poder judicial y fijó la interpretación correcta para algunos artículos. Entre las cosas que bendijo está el preámbulo, que es donde se dice que para el Parlamento catalán Cataluña es una nación. Eso no se tocó. Y el Tribunal aquel, en fin, tenía presidenta y mayoría de lo que se llamaba entonces magistrados progresistas, Paxti. Si la sentencia era política, era más en sintonía con el gobierno de tu partido que con el PP. En esto del estatut, de memoria histórica andamos justitos.