OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Sánchez da por hecho que Ciudadanos tendrá que comerse el 29 de abril todo lo que ahora está diciendo"

O para que no siga el que está, o para que no vuelvan los que estuvieron.

Carlos Alsina

Madrid | 08.04.2019 08:12 (Publicado 08.04.2019 08:02)

La campaña electoral más superficial de los últimos tiempos se reduce a esto: meter el miedo en el cuerpo a los afines para que acudan en aluvión a votar el día 28. No para darle el gobierno al de su cuerda, sino para impedir que tenga el gobierno el de enfrente. ‘Votar a la contra’, un clásico de las campañas españolas.

La alerta antifascista que declaró Iglesias el día siguiente a las elecciones andaluzas se la ha quedado el candidato Sánchez: peligro, peligro, que viene la derecha. Que en boca de Sánchez significa: no votéis a Podemos, votadme a mí.

El presidente aspirante a seguir siéndolo le ha dado una entrevista a El Confidencial (una de las pocas que piensa dar, dice el diario, previniéndonos) en la que da por hecho que Ciudadanos tendrá que comerse el 29 de abril todo lo que ahora está diciendo. Lo de que nunca servirán sus escaños para hacerle a él de nuevo presidente.

En una cosa tiene razón el entrevistado: todo lo que se dice sobre pactos durante la campaña electoral caduca la noche de las elecciones. Es más, todo lo que se dice durante la campaña electoral —promesas de gobierno incluidas— decae en la noche de autos. En cuanto cierran las urnas se pone el marcador a cero. Sánchez sugiere que no nos tomemos muy en serio el ‘nunca jamás’, ‘no es no’ de sus adversarios políticos con la misma convicción con que sus adversarios políticos sugieren que no nos tomemos muy en serio el ‘nunca jamás’, ‘no es no’ de Sánchez sobre el independentismo.

Ésta es la única novedad interesante de los últimos cuatro días de campaña. Ya lo subrayamos aquí el viernes. Que el presidente desempolve el eslogan talismán en torno al cual construyó su identidad política, ‘no es no’, para aplicarlo ahora al tema que más daño electoral le hizo al PSOE en las elecciones andaluzas: sus coqueteos con el gobierno independentista de Torra.El grupo de guasap en el que Carmen Calvo ofrecía lo mismo una cumbre de tú a tú en Pedralbes que una mesa de partidos nacionales con relator añadido.

‘No es no’. El día que se vio con Torra en Pedralbes no parece que se lo dijera ni con tanta claridad ni con tanto ímpetu. Si no de qué iba a haber estado el gobierno independentista comentando en el guasap de Carmen Calvo qué perfil debería tener el relator finalmente abortado. Por eso le preguntan en El Confidencial a Sánchez si se arrepiente de algo y él ofrece esta versión fabulada de lo que se estuvo hablando.

En realidad lo que reflejó el comunicado aquel de Pedralbes es que Sánchez asumía que hay un conflicto sobre el futuro de Cataluña y que no debía mencionarse la Constitución como marco jurídico obligado para resolverlo porque al independentismo la mención a la Constitución le habría arruinado el discurso.

Algo debe de estar pasando para que Sánchez hable en campaña de Cataluña. La táctica de ignorar el tema no ha debido dar resultado. No sólo porque Iceta le hundiera el plan a Pedro, también porque de poco sirve que tú finjas que no hay tema cuando los demás siguen martilleando. Sánchez ha dejado de silbar y se ha envuelto en la bandera del ‘no pasará’.

La campaña electoral discurre por caminos muy trillados. Los dos grandes partidos, que a pesar de la mengua lo siguen siendo (PP y PSOE), reclamando para sí el voto útil. Los que van detrás de ellos, Ciudadanos y Podemos, reclamándoles que se comprometan ya a un gobierno de coalición (de Rivera con Casado y de Sánchez con Iglesias). Y Vox, el último en llegar, huyendo de concretar su programa de gobierno porque Abascal todo lo resuelve declarando su amor a España. No le pregunten cosas concretas, no le pidan que profundice en nada, no le mencionen la política internacional porque él, después de todo, sólo lleva veinte años en política.

Rivera se ha convertido en Albert ERRE en su cartel electoral. Vaya usted a saber cuántos votos consigues jibarizando tu apellido. Si el lema del PSOE parecía elegido por el enemigo, ‘haz que pase’, el de Ciudadanos ha debido escogerlo un entrenador personal. Discípulo de José Antonio Camacho. ‘¡Vamos!’ es el eslógan. ¿Vamos a dónde? Vamos, vamos. Es un lema vacío y nada comprometido. ‘Vamos’ puede gritarlo con la misma pasión un aficionado del Getafe en el Alfonso Pérez que Arrimadas en un mítin de Rivera. Perdón, de Albert ERRE. Con razón el propio candidato se ve en la olbligación de repetir el eslógan varias veces porque con una sola no cunde.

Y así podrían estar hasta la misma noche de las elecciones. Con el mismo tono entusiasta. Luego ya la noche de autos verán si van o no van. Y quiénes. Ya les dije a las siete que aunque los gurúes de la propaganda política sostienen que este ‘vamos’ es una copia del ‘en marcha’ de Macron (un eslogan francés, qué dirían Daoiz y Velarde, y qué dirá Vox), en realidad el eslogan está inspirado en las hermanas Hurtado.

En Podemos van por donde siempre han ido (coherencia no se les puede negar, e insistencia tampoco) y al grito de ‘ay que vuelve el PP’ han desempolvado los papeles de Bárcenas. El sábado pagaron a una empresa privada para que colocara un proyector en la plaza mayor de Madrid y proyectara unas capturas de las anotaciones del tesorero y unas fotos de jubilados del PP (dirigentes jubilados). El ayuntamiento de Carmena dice que no estaba al tanto del contenido de la proyección y el PP va a recurrir hoy a la Junta Electoral para que le pegue a Podemos un bocinazo.