OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "El Gobierno desafinado sólo interpreta de manera armoniosa la canción 'Saque de la cárcel a los reclusos del procés'"

El Gobierno desafinado sólo interpreta de manera armoniosa una canción. Sólo una.

Ésta que dice: Llarena, sácalos.

Carlos Alsina | @carlos__alsina

Madrid | 24.09.2018 07:52

'Saque de la cárcel a los reclusos del procés'. 'Sáquelos, que ayudará mucho, ya verá usted, a destensar, a desinflamar y a descrispar'.

Visto lo visto ayer, y anteayer, el presidente Sánchez le gastó una broma pesada a Ana Pastor, en La Sexta, cuando hace una semana le dijo que, hombre por Dios, cómo iba a opinar él sobre la prisión provisional en que se encuentran, por decisión del Supremo, los procesados por rebelión y malversación.

Cómo va a opinar él sobre los reclusos, interfiriendo en la autonomía judicial, si para eso ya tiene a sus ministros. Y a su vicepresidenta.

Meritxel Batet, ministra para la cuestión catalana, afirma que sería todo más fácil si no estuvieran en prisión los procesados.

Josep Borrell, ministro de Exteriores para la cuestión catalana, declara que preferiría la libertad condicional.

• Y ahora Carmen Calvo, vicepresidenta para todo en un gobierno descoordinado, expone lo muy razonable que sería que, dado que el juicio aún no llega, la prisión provisional se levantara.

'Sácalos, Llarena, sácalos'.

Pero sin presiones de nadie, ¿eh, magistrado? No vaya a parecer que la lluvia fina con la que el gobierno va empapando al Tribunal Supremo a ver si lo ablanda es una operación persuasiva de un poder del estado sobre otro. Dónde vamos a parar. Si total, lo que ayer le dijo la señora Calvo a La Vanguardia desde el cómodo sofá de su despacho es qué sería lógico y qué no lo sería, ¿verdad?

Sería lógico que el juez levantara la prisión provisional, luego sería ilógico que no lo hiciera, ¿es eso? Lo razonable es que las medidas cautelares fueran otras si el juicio no llega hasta el próximo año, luego lo no razonable es que sigan encarcelados, ¿es eso? Pero todo lo que haga el juez será sin presiones de ningún tipo. Otra broma del gobierno escrupuloso. ¿Cabe mayor presión al juez que la de una vicepresidenta que declara irrazonable e ilógico que procesados por rebelión estén en prisión provisional?

Para completar la orquesta de miembros del gobierno interpretando la misma cantinela—sácalos, Llarena— este dúo inesperado que han formado la delegada del gobierno y el ministro de Fomento. Teresa Cunillera dijo el sábado que, si los procesados acaban condenados y solicitan el indulto, ella se lo daría.

Por supuesto, luego aclaró que en absoluto pretendía interferir en las decisiones judiciales, Pedro no lo permita. Pero aún más interesante de lo que dijo la delegada es lo que dijo ayer, exultante en su mítin de Gabá, el ministro de Fomento. Que entiende que lo dijo Tere, la delegada, fue una declaración de humanidad.

Éstos son los del PP, que quieren prohibir el indulto a condenados por sedición, como luego comentaremos. Antes, déjenme que subraye esto: la humanidad del gobierno hacia los condenados. Según Ábalos, si su delegada en Cataluña apoya el indulto a los condenados es por humanidad. ¿Lo apoya también para cualquier otro condenado, o la humanidad se limita a dirigentes políticos que, en el ejercicio de su cargo, cometieron (presuntamente) delitos castigados con entre diez y veinticinco años? ¿Es una humanidad selectiva, digamos, reservada para los cargos públicos de un gobierno autonómico?

Miren, nadie espera que la vicepresidenta del gobierno desinflamador mencione, en su tesis sobre la prisión preventiva, que estos procesados se enfrentan a penas de 25 años por la gravedad de los presuntos delitos o que el riesgo de fuga no parece desdeñable dado que la mitad de los procesados ya se fugaron del país. Lo previsible es que ponga el acento en que el juicio, vaya por Dios, va para largo.

Peor hay dos grandes distorsiones en el discurso vicepresidencial.

• Primera: que no hay ningún retraso ni alargamiento en el procedimiento de Llarena. Aun no se ha cumplido un año de los hechos investigados y la velocidad a la que se ha instruido el sumario es superior a la media.

• Segunda, que es la más grave: no hay trato desigual, ni diferente, ni más severo con estos procesados a la espera de juicio que con cualquier otro acusado de delitos graves.

Hay reclusos que han cumplido dos años de preventiva sin que Calvo se escandalizara. Correa estuvo en prisión provisional tres años y cuatro meses. Dos años estuvo Granados. Junqueras no ha cumplido un año.

Estar en prisión no es plato de gusto para nadie y un año privado de libertad es un mundo, pero en España hay miles de presos preventivos esperando juicio y no tiene nada anómalo el caso de estos reclusos.

Se les puede discutir a la fiscalía y al juez Llarena la calificación de rebelión (y de hecho, se la discuten las defensas y se la discute una parte de la opinión pública) pero si se hubieran quedado en sedición, o en conspiración para la rebelión, la situación no sería muy distinta. Un delito castigado con diez años sigue siendo un delito muy grave.

A lo mejor es el momento de preguntarle abiertamente al gobierno, y de que responda, cómo de grave le parece lo que hicieron estas personas. No vaya a ser que les parezca un pecado venial, un traspié en una carrera política ejemplar, un momento de confusión, ¿verdad?, en el que se dejaron llevar por la pasión y proclamaron, de espaldas a la mitad de los catalanes y el resto de los españoles, que la Constitución estaba muerta y Cataluña era un estado soberano. Lo cual explicaría que les resulte tan incomprensible que estén privados de libertad.

Conocemos la valoración de la fiscalía sobre el castigo que merecen los promotores de la insurrección desde dentro de las instituciones. Conocemos el criterio del juez instructor. Pero no conocemos el criterio del gobierno. Y hombre, ya que están tan sueltos los ministros opinando sobre cuánto debe durar la prisión preventiva, sobre qué medidas cautelares son las deseables, den el paso que falta y opinen sobre qué sanción les parece que merece lo que los procesados hicieron.

No es mal día para preguntárselo al gobierno porque el PP resucita hoy una propuesta que ya hizo en febrero: impedir por ley el indulto a condenados por rebelión o sedición. Que en realidad es una propuesta que ya hizo en febrero y a raíz de una proposición del PSOE. Lo que los socialistas querían era blindar por ley, impedir, que un gobierno pueda indultar a un político condenado por corrupción. El PP dijo: añadamos a esa lista a los políticos condenados por sedición. El PSOE no ha recogido ese guante.

El ministro de Fomento escogió ayer el tono bronco contra la oposición —esto es la guerra— y el tono lastimero al denunciar una campaña de acoso y derribo de la derecha contra el presidente.

Menos mal que estaba allí Iceta para romper con el tono victimista y darle la vuelta. No hay fan más fan de Pedro Sánchez que Miquel Iceta. Le gusta de él hasta el guioncito.