LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "En vez de llamarlos generación de cristal, habrá que preguntarse qué estamos haciendo mal"

Marta García Aller reflexiona sobre la 'generación Z', también conocida como 'generación de cristal'.

Marta García Aller

Madrid |

Algo va mal para la generación Z. Muchas cosas a la vez, seguramente. Y en muchos sitios. Los jóvenes entre 15 y 24 años son cada vez menos felices. Pasa en Estados Unidos y en Europa. Acaba de salir un Informe Mundial de la Felicidad hecho en 140 países coordinado por Oxford y las conclusiones son preocupantes. Los jóvenes están atravesando una especie de crisis de mediana edad antes de llegar a los 25.

Los jóvenes son menos felices que sus mayores y esto no solía ser así. No debe ser así. Los adolescentes se están pareciendo cada vez más a sus padres, y eso no es bueno. Eran los padres los que siempre se decían agotados y agobiados por las preocupaciones de la vida. Ahora adolescentes y veinteañeros están igual o peor… Y que los adolescentes estén peor que los padres de los adolescentes no es buena señal.

Mientras los jóvenes sienten que están cada vez peor, las generaciones mayores de 55 en occidente reportan los niveles más altos de satisfacción con la vida. España está entre los países, junto a Alemania y Reino Unido, donde la gente mayor es significativamente más feliz que los jóvenes. Y el malestar de los jóvenes va aumentando peligrosamente. Está empeorando mucho su salud mental y sus perspectivas de futuro. España está, además, entre los países donde la felicidad anda más en recesión.

Entre las hipótesis que manejan los expertos de por qué este aumento de jóvenes infelices desde la pandemia incluyen el efecto en sus vidas de las redes sociales. Dañan la autoestima, especialmente de los adolescentes, y reducen su bienestar. Pero ojo, que eso es solo una parte. También, tal vez sobre todo, la economía tiene mucho que ver. La dificultad del acceso a la vivienda y de perspectivas futuro empeora la cosa. No es que sean unos quejicas, no son imaginaciones suyas. Las condiciones de vida de los jóvenes están empeorando y eso afecta mucho a su bienestar y su confianza en el futuro. Cómo no va a afectar.

¿Moraleja?

En vez de llamarlos generación de cristal, habrá que preguntarse qué estamos haciendo mal