LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "Rebajar la pena por malversación es tomarle el pelo a la nación"

Marta García Aller critica la maniobra del Gobierno para reformar la malversación y beneficiar a los procesados independentistas, y las consecuencias no deseadas de la reforma del Código Penal imposibles de justificar.

Marta García Aller

Madrid | 12.12.2022 07:30

Mucho más probable que para revisar el Código Penal es que la gente haya aprovechado la semana del puente para desconectar. Además, la hostelería ha estado celebrando estos días niveles máximos de ocupación, lo que genera un escenario más propicio para el optimismo prenavideño que para profundizar en análisis de derecho comparado sobre la reforma del Constitucional.

Así que no parece casualidad que sea en precisamente en el viernes del puente, aprovechando que España estaba de fiesta, que se han amontonado una ristra de reformas legales de última hora a las que es fácil perder el hilo.

Con esto cuenta el Gobierno. Con que la reforma de los delitos de sedición y malversación se vayan olvidando, igual que de los riesgos de reducir a mayoría simple la renovación de los magistrados del Constitucional. Es verdad que se está desbloqueando con esta maniobra el órgano de gobierno de los jueces, sí, pero también lo está manoseando de manera peligrosa la separación de poderes.

El Gobierno dice que quiere sacar la confrontación de los juzgados, pero lo que está sacando es el debate del Parlamento. De aquí al jueves espera que se aprueben todas estas enmiendas y no va a dar tiempo a analizarlas. En tanta reforma legal exprés, tampoco hay rastro de los informes preceptivos del Consejo de Estado ni de tiempo para revisar bien la letra pequeña y la técnica jurídica. Y luego, claro, llegan las consecuencias no deseadas imposibles de explicar. En el caso de la enmienda para la malversación, además, ni siquiera es fácil explicar las consecuencias sí deseadas.

La consecuencia no deseada de reformar la malversación es que abra la puerta a que salgan corruptos de la cárcel que nada tienen que ver con el procés. Pero, claro, la deseada, la que ya nadie oculta, ni siquiera el Gobierno, es despenalizar el desvío de dinero público para beneficiar a los del procés. A ver como explicas esto desde una perspectiva de izquierdas y de redistribución de la riqueza. Pues no se puede, claro. La alternativa es enterrarla en una maraña de cambios legislativos para despistar. Y no cuela. Mira que ha sido largo el puente, pero no lo suficiente.

¿Moraleja?

Rebajar la pena por malversación es tomarle el pelo a la nación.