No deja de sorprenderme que se utilice la palabra “político” como insulto. Y más sorprendente todavía es que sean los propios políticos los que lo hagan. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que es política de profesión, descalificó la manifestación ayer en las calles de la capital tildándola de ‘política’. ‘Política’, otra vez, como insulto. A la política que politizó las cañas en la anterior campaña electoral le parece mal que en esta se politice la Sanidad.
Pues si la Sanidad pública no es un asunto político ya me contarás qué lo es. Aunque hay que entender que cuando Ayuso utiliza la palabra “política” como insulto es porque quiere decir “de izquierdas”. Pero es difícil hacer pasar por peligrosos bolcheviques a las 250.000 personas que ayer salieron a la calle con carteles que reivindicaban “queremos pediatras” o advirtiendo que los 10 minutos por paciente son muy pocos minutos y 35 pacientes al día para los pediatras son demasiados.
Es muy arriesgada esta estrategia del Gobierno madrileño. La de echarle la culpa a los ciudadanos de estar mal. La de acusar a los que se manifiestan porque faltan pediatras y médicos de familia de querer acabar con la sanidad pública. La de criticar a los que sufren las listas de espera por llenarlas e ir enfermando por ahí sin ton ni son.
La Sanidad no solo tiene problemas en Madrid. Hay otras comunidades con listas de espera más largas que la madrileña, es verdad. También ha habido más manifestaciones. Pero al menos en otras comunidades los gobernantes responsables de la Sanidad no cargan contra los médicos y los pacientes que reclaman más recursos.
Es arriesgado esto en año electoral. En de vez de prometerle a los votantes mejorar las cosas los insulta. En vez de reconocer que hay un problema de falta de recursos en Sanidad, el problema no está en la falta de recursos sino en las manifestaciones. En vez de prometer que trabaja para solucionar las carencias de un sistema sanitario exhausto tras la pandemia, el discurso de Ayuso es que aquí la víctima es ella. Y eso, presidenta, eso también es política.
¿Moraleja?
Cuando tantos ciudadanos se movilizan por la Sanidad, es muy arriesgado políticamente negar la realidad.
