No sé que vamos a dejar para la campaña de las generales. Han subido tanto el tono Feijóo y Sánchez, acusándose respectivamente de aprovecharse del dolor de las víctimas de ETA uno y de traicionarlas otro, que es difícil ir más allá. Ayer, en el Senado, Sánchez se apropió del éxito colectivo de la derrota de ETA en nombre del PSOE y acusó al PP de tratar de boicotearlo; y Feijóo reprochó al presidente de estar del lado de verdugos, pederastas y violadores. b ya que traspasar para las generales.
Y eso que en lo de ayer se suponía que estábamos todos de acuerdo. Que los etarras condenados por delitos de sangre rectifiquen es una buena noticia. Aunque sea por cálculo electoral, o precisamente por eso, porque es buena noticia que las urnas penalicen lo que Otegi creía que le daría rédito político.
Pero no estaba el Senado para celebraciones ayer. Qué triste, la verdad. Y no solo porque una treintena de condenados por terrorismo siga presente en las listas de Bildu. Que bien podían PP y PSOE haberse centrado en afeárselo. Pero no. PP y PSOE prefirieron ver qué reproche a cuenta de ETA podía aprovechar cada uno para su campaña.
Del lado del Gobierno celebraron que la renuncia de los asesinos a ser concejales zanje el tema, insistiendo en que el PP se queda sin campaña, y del lado del PP celebraron que el asunto colee y deje en evidencia que Sánchez no renuncia a pactar con Bildu.
No sé qué dejarán para la campaña de las generales. A lo mejor entonces nos ponemos a hablar del tren a Badajoz, la despoblación de Zamora y el qué hacer con el aeropuerto del Prat. Porque con el giro que ha dado la campaña no parece que vayamos a hacerle mucho caso a estos asuntos de aquí al 28M.
Hubo un momento, fugaz, pero existió, en que la vivienda parecía que iba a ser el asunto principal de esta campaña. A la sanidad no llegamos, pero sí que estuvimos hablando de cambio climático y de la sequía. Y de qué proponía cada partido. ¿Te acuerdas? Creo que fue hace no tanto, pero ahora dudo.
¿Moraleja?
Que los siete asesinos de Bildu renuncien es una buena noticia, pero ha llenado la campaña de inmundicia.