Nunca es buena señal que alguien tenga que salir a explicar que está bien. Y menos si habla del sistema bancario. Ayer el presidente de EEUU, Joe Biden, salió a tranquilizar a la opinión pública diciendo que no hay dudas sobre la solidez de los bancos estadounidenses. En Europa, la Comisión Europea.En España lo hizo Nadia Calviño.
Todo esto viene porque ayer las bolsas europeas y las estadounidenses se tambalearon. En el Ibex lo peor se lo llevan los bancos. Fue a raíz de la quiebra de un banco en Silicon Valley. Y eso que desde antes de que abrieran las bolsas ya se sabía que la Fed estadounidense rescataría a todos los clientes del Silicon Valley Bank.
Pero por más que las autoridades estadounidenses estén garantizando los depósitos del Silicon Valley Bank, parece que el efecto contagio no ha terminado. El fin de semana esta todavía parecía una crisis lejana que no abría telediarios, ahora las réplicas están en las bolsas de todo el mundo. Y si el miedo es irracional, en las bolsas ni te cuento. Después de la pandemia, la guerra, la inflación… nos estaba faltando el temor a una crisis financiera global.
El sistema bancario estadounidense consideraba el Silicon Valley Bank demasiado pequeño para tener riesgo sistémico. Pero luego quebró el neoyorquino Signature Bank, que por cierto había estado bastante expuesto a las criptomonedas. El caso es que lo del Silicon Valley Bank ya no era caso aislado.
Veremos dónde acaba esta crisis. Con el rescate de todos los depósitos de los clientes de estos dos bancos, muchos de ellos empresarios tecnológicos muy ricos y muy endeudados, han vuelto también las dudas de hasta dónde puede llegar el efecto contagio. Y otra duda, una que llega siempre con las quiebras bancarias, ¿quién se hará cargo de la factura del rescate de los depósitos, también de los de más de 250.000 dólares? Vale que la alternativa puede ser peor, pero esta parece otra de esas veces en que las pérdidas de los inversores se socializan. Y nunca sucede lo mismo con los beneficios.
¿Moraleja?
En EEUU dicen que no hay de qué preocuparse, que este rescate bancario saldrá gratis al contribuyente. Pero el recuerdo de Lehman Brothers está demasiado reciente.